CAMBIA PASO DE BAILE 。。。

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Tras aquella noche llena de risas y discusiones buscando un hogar para ambos en una revista sucia y vieja, despertaron, Sherlock estaba en la habitación ya que frustrado de que ninguna casa tenga una habitación de sobre se decidió ir a dormir dejando a William eligiendo. En cambio, William se habia quedado dormido minutos después en el sofá, ni si quiera se habia tumbado para estar cómodo, simplemente cayó rendido con las piernas pegadas al suelo y la cabeza apoyada en el cojín casi roto.

Sherlock miró por la habitación y al no verlo presente supo que se habia quedado dormido en el salón, se cambió, se peinó y salió al salón sin poder evitar una ligera sonrisa al ver la pose de William durmiendo. Se acercó sigilosamente y se agachó observando de cerca su cara suave y bien aliñada.

Definitivamente estoy loco, pensaba Sherlock, el estar enamorado de un nombre; más encima hombre. Eso lo hacia probablemente uno de los mayores escandalos en su barrio y quien sabe, de Londres entero. Suspiró y desvió su mirada a los labios de William.

- Vaya.. Se sentía como un sueño pero yo realmente lo besé. - Pensó, enrogeciendose por el recuerdo. Se levantó inmediatamente y se fue a la cocina para preparar café.

La cocina (la cual era un gran desastre) empezó de llenarse de un aroma a café entrañable que a cualquiera le gustaria, y mientras lo preparaba, con el rabillo del ojo visualizó una taza desconocina lleno de un café que no habia preparado.

Dejó de lado lo que hacia para acercarse a esa taza desconocida, al mirar en su interior sonrió recordando de que se trataba. En eso, Volvió a la taza que sí conocia y la agarró con firmezaba para luego dirigirse al salón y acercarle a la cara de William la cafeína recién preparada.

- Despierta. - Canturreó Sherlock mientras se sentaba a su lado apartando la taza de su cara. - Vaya vaya, asique no te apetece levantarte eh. - Dejó la taza sobre la mesa opacada por los papeles sobre ella y sentó a la fuerza a su acompañante. - Liiiiaaam. - Volvió a canturrear agitando ligeramente al rubio.

Se asustó, este no abría los ojos, y si no fuera porque su pecho se movía al compás de la respiración, consideraría el hecho de que está muerto.

De pronto, unos ojos escarlata adormecidos se encontraron con los suyos y sonrió inevitablemente. Sherlock lo abrazó con fuerza, siendo esto algo que no se esperaba el rubio, abrió los ojos con sorpresa.

- M-mr.Holmes..? - Preguntó William confuso por su repentina conducta.

Sherlock se apartó lentamente sin evitar maldecir en su consciencia por la perdida de un cálido contacto.

- Lo siento. - Rió algo incómodo Sherlock.

William se sobó uno de sus ojos para luego bostezar y mirar al alrededor. - Me quede dormido eh? - Dijo, ya con obviedad sabiendo de su problema.

- Sí, aunque si no fuera por tu respiración creiría que te habrias muerto. - Confesó agachando la mirada y negando tristemente como si no aceptara el hecho de su muerte ㅡhecho que realmente no queriaㅡ.

El rubió rió ligeramente llevando una de sus manos a su boca.

- Tranquilo, es algo muy común en mi, me quedo dormido de vez en cuando.. Mi hermano dice que es porque utilizo demasiado el cerebro. - Rió, recordando esas mismas palabras dichas por su hermano.

- Pues yo también lo utilizo y no me quedo dormido. - Dijo Sherlock, indignado, agarró la taza de café y bebió.

- Eso sera porque no lo utilizas demasiado. - Soltó William con una mirada retadora, llevando un chasquido de lengua por parte de Sherlock. - Hay café para mi? - Preguntó levantandose del sofá y estirandose un poco.

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