Episodio 5 - Momento ideal para citas (Y nótese el sarcasmo)

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Azul Zima:
Las cosas se habían tranquilizado medianamente.
Encontramos el medio cadáver de Verde Oliva desangrándose al instante en que volvimos a la cafetería, pero aparte de la desagradable vista y la ausencia de señales de vida expresadas por la capitana, ningún inconveniente.

Todos estaban agitados, obviamente por la tensión de no saber quién más podría caer en las fauces de la bestia. La ruleta rusa seguía dando vueltas, apuntando a cada uno por igual.

En este punto, Flor de Anís dejó de fingir estabilidad y se derrumbó en mis brazos, dejándome sentir su agradable calor corporal a la vez que intentaba consolarlo dándole palmaditas en la espalda.

A una chica, ni siquiera me fijé cual, se le ocurrió que podríamos acampar en una sola habitación para al menos poder cerrar los ojos en paz durante unas horas.
No era una mala idea, así que escogimos la sala de navegación por tener asientos cómodos y suficiente espacio para quienes prefirieran arrastrar un colchón hasta ahí.

Flor de Anís fue uno de ellos, cediendo a mis insistencias de dormir juntos por mi gran miedo al monstruo.
De contra que me robó la manta, también acaparó gran parte de la cama, empujándome lentamente al borde con su espalda.
Desperté en el suelo, temblando de frío y con un ardor insoportable en los ojos.

Respiré hondo para contenerme de golpearlo con un zapato en venganza, convenciéndome a mí mismo de que no podía ser su culpa. Era nuestra primera ocasión durmiendo juntos, y todavía no se habían impuesto límites o reglas.

Tendría que conversar de eso con él cuando estuviera consciente. Por el momento, necesitaba un café.

(…)

Iba de regreso a la sala de navegación con un mejor color en mis mejillas, incluso animado gracias a la cafeína.

Mis saltitos contentos fueron pausados al divisar a Flor de Anís en el pasillo, casualmente yendo en mi dirección.
Planeaba saludarle, pero al instante en que abrí la boca fui jalado por las gemelas hasta una mesa en el comedor donde solo estaban las mujeres.

¿De qué se trataba?

_ Bien, chicas. Estamos aquí para ayudar a nuestra amiga Negro. Ella, al igual que todas nosotras, merece amar y ser amada, así que debemos apoyarle tanto como podamos._ Dictó la misma voz que recomendó la acampada grupal, terminando su discursito con un aplauso. ¿Por qué? No sé.

Lavanda se veía demasiado determinada para meterse en las vidas ajenas, pero más importante, ¿por qué me habían arrastrado a su charla de chicas?

Al parecer mi expresión perdida les dio a entender mis sentimientos, porque las manos de mis secuestradoras se apoyaron en mis hombros con cierta enfatización.

_ Maestra Lavanda, parece que la nueva integrante de nuestra secta no entiende lo que está ocurriendo._ Dijeron las gemelas con absoluta seriedad en sus rostros. Además, ¿cómo que “nueva integrante”? ¿Se referían a mí?

Apreté los labios al escuchar como ellas se referían a su agrupación, mirando nervioso hacia todos lados en busca de un medio de escape.

¿Me iban a sacrificar si no hacía lo que me pidieran?

_ Sí. Tenemos que darle el contexto de los sucesos._ Bajó el rostro, luciendo más macabra que antes. Tragué en seco, esperando pacientemente a que continuara con mis puños cerrados temblando sobre mis rodillas. _ Bien, Azul Zima. Como has pasado todo este tiempo con tu novio seguro no te diste cuenta, pero nos reunimos aquí a diario para platicar de temas importantes como… amor, chicos y muchos chismes. En fin, eso no es relevante ahora; el caso es que a Negro le gusta Lila, y como buenas amigas que somos, le ayudaremos a conquistar su corazoncito tan pequeño como él.

𝐀 𝐬𝐮 𝐥𝐚𝐝𝐨〈Among Us〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora