twenty-six centimeters

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- A-ah...uf, mierda, Felix... - Changbin suspira, entrecortado, apretando la sábana bajo su cuerpo entre sus dedos. Felix lo mira, atento, hambriento, deleitándose con la excitada expresión que poseía Changbin en su rostro.
Por su frente descendían gruesas gotas de sudor, sus ojos estaban entreabiertos, más oscuros de lo usual, sus labios se encontraban muy húmedos y con porciones rojizas por las mordidas que que él mismo proporcionaba. Estaba hecho un auténtico y hermoso desastre, él era el causante y eso le encantaba.

Acuna en el interior de su boca los testículos de Changbin, succionando intensamente fuerte y haciendo apretar la expresión de su rostro, soltando una maldición al aire, bastante fuerte.

Los lame un poco antes de arrastrar su lengua por la larga extensión del miembro hasta llegar a la punta y mimarla con devoción, dándole pequeños besos calientes y un par se succiones que hicieron levantar a Changbin las caderas del colchón.

- Trágatela toda.. - Demanda Changbin, llevando sus manos al cabello de Felix. Este sonríe levemente e ingresa solo una pequeña parte en el interior de su boca, haciendo sisear al menor. - Sé que puedes meterla más profundo, vamos...

Felix gime alrededor del grueso falo en su cavidad bucal, aumentando la profundidad con la que lo succiona. Los sonidos húmedos hacen que, para Changbin, todo sea casi demasiado. Felix sumerge el gran miembro hinchado del menor en su boca, hasta donde más puede, y, con las dos manos, abarca lo que no alcanza a entrar, masajeando con esmero y buscando hacer acabar al menor en su boca lo más pronto posible.

Se moría por sentir el orgasmo del menor en su boca, viajando por su garganta e inundando sus papilas gustativas con el amargo sabor de su esencia. Quería sentir esa caliente semilla derramándose a lo largo de su lengua y quería que fuese abundante.

La sensación de ahogo y mareo al no poder respirar correctamente por las furiosas y nada complacientes embestidas de Changbin a su garganta lo hacían sentir como si fuese una puta, pues sólo se excitaba mucho más.

Intentó llevar una de sus manos a su propia erección, buscando un poco de alivio, sin embargo, al notar ese detalle, el menor gruñó, mirando a Felix con ojos líquidos de lascivia y muy enojados.

- Si quieres correrte, haz que me corra primero. - Le advierte, con la voz ronca como el infierno. Felix gimió en desaprobación, pero aquello le hizo querer hacerlo terminar mucho más rápido, así que, tomando aire profundamente, logró meter un poco más de la mitad a su boca, sintiendo arcadas. La saliva se acumulaba en abundancia en sus manos, las cuales masturbaban a Changbin efusivamente.

Siguió chupando más fuerte y empalando su boca en la gran dureza del menor hasta que este movió abusivamente las caderas, dejándose caer del todo en la cama. Felix pensó, entonces, que se correría, pero Changbin se sentó de repente y le empujó de los hombros, apartándolo por completo de su erección.

Felix le miró confundido. Changbin se limitó a besarle en los labios con necesidad. Una vez logró juntar suficiente fuerza de voluntad para apartarse de la boca de Felix, Changbin le obligó a ponerse de espaldas.

- Ponte en cuatro. - Ordenó, con la voz grave. Felix obedeció, un poco aturdido. El menor se ubicó debajo del cuerpo de Felix, completamente acostado con su cabeza en la almohada y dejando el culo empinado de este justo en su rostro. Felix entendió lo que el menor pretendía hacer cuando este empujó su erección contra su boca, indicándole silenciosamente que siguiese chupándolo.

Y estuvo a punto de hacerlo, pero, en ese momento, Changbin ahondó en su entrada con su lengua de repente, como en la madrugada, y Felix se retorció, arqueando la espalda.

- ¡A-ah, Bin! - Grita Felix, pues el menor no sólo lo preparaba con su lengua, moviéndola expertamente en su apretado interior, sino que también acercó sus grandes y talentosas manos a su erección, atendiéndola.

Falofilia | ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora