33 - Te extrañe

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Perth no pudo evitar reír un poco ante esas palabras.

Colocó sus manos bajo las nalgas de Saint, levantándolo para girar sus cuerpos, apoyando a Saint de espaldas, despacio, lentamente, sin romper sus unidas miradas.

Se deshizo de las blusas de ambos, comenzó a dejar besos por el cuello de Saint, escuchándolo jadear, descendió por su pecho hasta uno de sus pezones, para también besar y succionar mientras pellizcaba el otro, sintiendo al omega retorcerse un poco ante su tacto.

Bajó los pantalones y ropa interior de Saint, aún con sus labios ocupados, separándose únicamente para hacer lo mismo con los propios.

Ya completamente desnudos, Perth volvió a besar a Saint, primero dejando besos cortos, cariñosos, hasta hacerlos más húmedos, mientras recorría la piel de su omega con sus manos, descendiendo de la cintura del otro, yendo hacia su espalda y tocar su trasero; permitiendo que Saint hiciera lo mismo con él, tocando su pecho, su abdomen, para terminar, rodeando su pecho mientras mantenía una mano en la nuca de su alfa, manteniendo el beso.

Sintió a Saint sonreír bajo sus labios, ahogando una risa con sus besos cuando apretó una de sus nalgas de forma juguetona.

Alzó las caderas del omega, apretándolo contra sí, sintiendo el placer de Saint recorrer su abdomen por la fricción, y escuchando un leve gemido que lo hizo recordar lo hermosos que eran.

Saint sentía cómo su lubricante natural comenzaba a gotear hacia su pierna, como si Perth sintiera cómo la entrada de su pareja estaba necesitada, su mano se movió hacia su entrada, preparando sus dedos.

Saint alzó la cadera, dándole paso, y una nueva fricción a sus miembros, ocasionó un gemido bajo por parte de Perth que lo hizo sonreír, mordiendo sus labios.

Sintió el primer dedo entrar en sí y un gemido escapó de su garganta.

Se sorprendió un poco por estar tan sensible.

Perth continuó moviendo su dedo, sintiendo el placer del omega, hasta que su entrada estuvo dilatada lo suficiente para meter el segundo, escuchando a Saint gemir más fuerte.

Aún con los dedos dentro de omega, penetrándolo, moviéndolos en su interior, Perth se inclinó hacía su omega, besándolo de forma húmeda.

Mordió un poco el labio inferior del chico, separándose, yendo hasta el oído de Saint.

— Voltéate.

Saint gimió, sintiendo el murmullo, la voz ronca de Perth en su oído recorriendo todo su cuerpo.

El pelinegro retiró sus dedos, dejando al omega girarse, alzando su entrada hacia él, con las piernas flexionadas y el pecho apoyado sobre las sábanas.

Perth acomodó su mano en la cintura de Saint, tomando su miembro con la otra, acomodando su punta en la entrada del omega, sintiendo la necesidad de Saint en entrar en él.

Así que vio venir cuando Saint tiró su cuerpo hacia atrás, haciendo que la cabeza del falo de Perth entrara completamente en él, ocasionando un gemido en los dos.

Perth se inclinó hacia adelante, Saint comenzó a gemir suave por el movimiento.

El pelinegro besó su cuello, cerca de la marca, haciendo sonreír al omega.

Comenzó a moverse más hacia su interior, en movimientos lentos, escuchándolo gemir cada vez más, con respiración errática y apresurada, acelerando el corazón de ambos.

Con la mitad de su miembro en el interior del omega, Perth terminó de meter todo de golpe, sintiendo el éxtasis bajar por su abdomen como una corriente eléctrica.

Delta [PerthSaint]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora