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Después de eso para Mina todo se volvió incomodo, pero a Baek no le causo mas que furia hacia sus padres. Lo habían prometido sin siquiera decirle absolutamente nada.

Un par de horas antes del atardecer la familia real Kim se fue, su reino quedaba relativamente lejos y pasar por el bosque de noche no era una opción si ni siquiera llevaron escolta. Baek solo espero a que estos se fueran para hablar con sus padres, en cuanto pudo fue a la alcoba de sus padres y tocó, recibió un "Adelante". Entró.

Su madre estaba en bata, cepillándose el cabello en el tocador, mientras que su padre estaba leyendo en la cama. Cerró la puerta detrás de el, esta dispuesto a hablar, ya tenia preparado todo lo que diría.

-No pudieron contarme del importante trato con el reino Kim? Mas aún cuando me involucra? No quiero casarme, no aun, y lo peor es que vuestras majestades no me dijeron nada!- Baek ya estaba subiendo el tono de voz, se estaba descontrolando. Su madre espero a que terminara y dejo de mirarlo a través del espejo y volteo a verlo.

-Primero que nada, no me hables en ese tono- dijo con autoridad.- Soy tu madre y reina, segundo, esta es la razón por la que no se te dijo nada, sabíamos como ibas a reaccionar. Sabemos que no es de tu agrado pero no hay otra opción, cada dia que pasa hay mas tropas chinas invadiendonos y destruyendo nuestras aldeas sin importarles nada. Como reinos separados somos débiles, pero juntos, hijo, seremos imparables y acabaremos con ellos.

Baek lo sabia y entendía, pero simplemente no quería, él quiere casar por y con amor. El enojo lo lo estaba dejando pensar bien, escucho que su madre se paro de su tocador y se acercó a él.

-No todos corremos las misma suerte, eres el príncipe y tienes responsabilidades. A veces tenemos que hacer sacrificios por nuestra gente, Baek.- Su madre lo tomó del mento para mirarlo.









El camino al castillo Kim fue en silencio, todos deseaban llegar a descansar, especialmente Mina, quería llorar hasta que sus ojos se lo permitieran.
Al llegar ya estaba ahí Chanyeol esperándolos.

-Sus majestades!- dijo Chanyeol abriendo la puerta del carruaje. Ayudó a bajar a sus padres y a su hermana, Mina.

-Hijo mio, finalmente cerramos el trato de unión con el reino Byun, ahora, seremos imparables.- le dio palmadas en la espalda a Chanyeol.

-Realmente es así padre? Eso es estupendo- lo miro mientras empezaban a caminar al comedor del castillo. Era hora de la cena.

-Mi hijo es tan grande y tan guapo, pero se la pasa todo el día con este traje tan feo y pesado.- Dijo Wendy tomándolo del brazo.- Después de la cena ordenaré un buen baño para ti, has trabajo muy duro.

-Madre, soy guapo porque soy tu hijo, me miras con ojos de amor, además, es mi deber como guardia real.- Sonrió llevando a su madre con los brazos entrelazados al comedor.

-Hoy no cenaré, sus majestades, Chanyeol. Con permiso.- Mina hizo una reverencia y se fue a sus aposentos antes de alguien le dijera algo.

Chanyeol ya había notado a su hermana mal; triste. Pero no sabía la razón.

-Qué pasa con ella?.- Preguntó sentándose en la mesa, ya estaba sirviendo los alimentos. Miró a su madre, quien ni siquiera levantó la vista. Y miró a su padre.

-El trato de unión de reinos es casar a nuestros hijos legítimos; Mina y el príncipe Byun.

La noticia le callo como balde de agua helada a Chanyeol.






















Hola, volví hehe. Si hay algún error, no duden en avisarme.

Bondades - ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora