Capítulo uno: Fenómeno

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Capítulo uno: Fenómeno

Sonic es un erizo azul de quince años que vive en una casa modesta de una ciudad repleta de humanos y animales como él. Sonic y otros como él se encargan de vez en cuando en derrotar a Eggman y sus secuaces cuando amenaza con destruir su hogar, aunque todos ellos sean animales como Sonic, ninguno de ellos se consideraron compañeros ni amigos, todos trabajaban solos por su cuenta. Sonic siempre estaba solo.

Miles es un pequeño zorro que tiene ocho años y vive en las calles de una pequeña aldea solamente habitada por varios animales. Miles por su particular doble cola es molestado y agredido tanto físicamente como emocionalmente por los habitantes de esa aldea. Sus padres se deshicieron de él por su aspecto físico y los aldeanos lo torturaron día tras día.

En una noche, el pequeño Miles caminaba con mucho dolor por las calles y lugares más oscuros de la aldea en busca de comida, al abrir varios botes de basura, finalmente pudo encontrar un envase de alimento que estaba podrido, pero esto no le importó al pequeño y con sus pequeñas manos tomo la comida y se la pasó por su boca. La comida sabía asquerosa y repugnante, pero el vulpino hacía días que no comía absolutamente nada.

Sus padres lo habían abandonaron cuando el pequeño vulpino había cumplido tan solamente tres años, al nacer con dos colas ambos zorros pensaron que con el tiempos se caería, pero como no fue así, decidieron abandonarlo en un bosque, pero no contaron en que el vulpino fuera un superdotado, y ya a los tres años podía caminar y expresar ciertas palabras, así que como pudo regresó a la aldea. Sin embargo, eso condenó al pequeño dotado, pues los aldeanos no eran buena gente, lo molestaba, lo torturaban, lo golpeaban y lo insultaban, además de que lo amenazaban a muerte si salía de la aldea, asustando a tal grado que prefería aguantar el sufrimiento físico y emocional que escapar.

En ocaciones, despues de la tortura, le aventaban comida podrida y en pequeñas porciones, con eso Miles podia sobrevivir. En esta ocasión no fue necesario la tortura y encontro comida en un basurero, pero esta dicha no duro mas que un mordisco.

¡Asco!- dijo un zorro gris, uno de los habitantes de la aldea. Con un azote de su mano tira la comida de Miles al suelo y la aplasta con sus tenis.

¡Qué asco de verdad!- dijo otro zorro de color lavanda

¿Pero que se puede esperar de él?- preguntó un zorro cafe


Estos tres zorros que tenían trece años, eran los que más molestan a Miles, la mayoría de los habitantes simplemente lo ignoraban, lo insultaban o lo empujaban para que saliera del camino en el que ellos andaban, pero estos tres bravucones no se les era suficiente y tenían que torturar al pequeño zorro casi a diario para complacer su sadismo.

Miles trato de agarrar la comida que no fue aplastada por el zorro gris, pero entonces el zorro gris lo toma de la espalda y lo azota contra la pared, haciendo que el zorro amarillo gritara del dolor, pues se le habia roto la naricita.

El zorro bravucón lo soltó y el vulpino inocente cayó rotundamente al suelo tocando su nariz la cual estaba sangrando mucho. Los demás zorros empezaron a reírse. Miles intentó levantarse y el zorro lavanda empezaba a acercarse a él, Mile sin dudarlo sale corriendo de ellos. Pero por la falta de energía que tenía tropieza impidiéndole seguir adelante, entonces el zorro café toma la oportunidad de tomarlo en sus brazos. Miles como puede agita sus piernas para zafarse del agarre.

¡De... dejame!- dijo Miles aún pataleando

Maldito mocoso... no te muevas- dijo el zorro cafe

O nos las haces fácil o...- decía el zorro gris que se acercaba a su amigo y a Miles, y sin decir otra palabra o dar una advertencia, agarra fuertemente el mechón de cabello de Miles y lo azota contra el suelo, aplastando con fuerza su cabeza contra el pavimento.

Muy bien hecho- dijo el zorro lavanda

Demosle una leccion- dijo el zorro gris

Para que aprenda quienes son los que mandan aquí- dijo el zorro cafe

¿Qué no entiendes? Tu no comes, hasta que nos des un espectáculo- dijo el zorro lavanda

No entiende, es demasiado estupido para eso... así que... vamos- ordenó el zorro gris tomando a Miles en sus brazos como si de un balón se tratase.


Ahora los zorros bravucones se encontraban en medio del bosque caminando y empezaron las primeras gotas de lluvia.

Oh, vaya... esta empezando a llover- dijo el zorro cafe

Tranquilo, seremos rápidos- dijo el zorro gris

¿Trajeron la cuerda?- preguntó el zorro lavanda

Por su puesto- dijo el zorro cafe

Suel... ten...meee- trataba de decir Miles

El zorro gris paró en seco y azotó a Miles en un tronco haciéndolo sangrar más de lo que ya estaba.

Cállate- dijo el zorro gris al soltar a Miles


Los tres zorros se acercaron a él y empezaron a golpearlo, le dieron puñetazos y patadas en todo el cuerpo, una y otra vez sin parar, el pequeño zorro amarillo no podia correr mas sus brazos extendio para protegre tan solo su pequeño rostro.

Ahora viene lo divertido- dijo el zorro café con una cuerda en mano


Los tres zorros empezaban a amarrar ciertas extremidades de Miles. Sus muñecas estaban detrás de su espalda, sus piernas están sujetas también y claro sin olvidar sus dos colas, al terminar el trabajo alzaron una cuerda hacia una rama de un árbol y la sujetaron con la cuerda que tenía amarrada las colas de Miles y así empezaron a subirlo como si se tratase de una bandera.

¡Agg! ¡Agggghhhh! Nooo... por... ¡Por favor! Ahhh...- suplicaba Miles por cada jalón que le daban para subirlo más y más al árbol.

Y asi te quedaras fenómeno- dijo el zorro gris


La lluvia finalmente azotó con gran fuerza y magnitud a los presentes y sin aviso previo dejó caer unos relámpagos a la tempestad.   

Lazos del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora