DÍA DE NIEVE EN IRONFORGE

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Contar historias tristes no es mi fuerte. Es una de esas actividades que detesto tanto, que me quita hasta las ganas de sonreír. Por lo que no suelo hacerlo habitualmente, bueno, siendo sincero, nunca lo había hecho hasta antes.

Pero luego de consultarlo por varios meses con mi almohada, me decidí a hacerlo. La razón es simple: toda historia por muy absurda que parezca al principio merece ser leída (contada), quién sabe si esta simple historia puede ser la que has estado buscando toda tu vida. Parece un argumento vago, pero fue suficiente combustible para empezar, por lo menos para mí. En fin y sin más rodeos, comenzamos.

Ironforge es una ciudad capital, no sé si sabrán que pueda significar eso, pero por lo pronto les diré que es sinónimo de: lugar donde se concentra el desarrollo de un país. Por esos entonces acontecía un auge del progresismo y de las instituciones legales. Un montón de labia política en la que no voy a entrar en detalles ni por un segundo, aunque, si algo me gustaría resaltar, lo importante aquí es que esta ciudad se hallaba en el tránsito de una comunidad de salvajes a una "ciudad civilizada". Y digo civilizada entre comillas, porque no todo lo que brilla es oro.

Por cierto, casi olvido destacar que el nivel de violencia aquí en esta ciudad es enorme, aunque las armas de fuego eran escasas y muy difíciles de obtener. Pero bueno, el ser humano no tiene límites para encontrar lo difícil, cuando de odio y muerte se trata. Otra cosa que casi olvido mientras intento describir aquella ciudad perdida, era la puta nieve por dios.
En aquel lugar se pmodían percibir claramente dos tipos de personas: los que creían que lo tenían todo y los que les habían quitado hasta la libertad.

Bueno, para ya ir poniendo las tildes donde van, esta es la historia de Viella, una chica refinada de alta sociedad, tan delgada como la melodía de una rapsodia. De ojos claros, piel morena y un cabello castaño tan largo que casi ocultaba su montura. Tenía sobre unos 12 años la primera vez que la ví regalando esa sonrisa teñida de inocencia y amabilidad.

Entre atuendos con muchos encajes se paseaba habitualmente a la misma hora, con una sombrilla entre manos, aunque no hiciera sol. Escoltada por guantes que por lo general eran la combinación perfecta a todos los kilos de ropa que traía encima.

Esa era Viella antes. Pero aquella amable doncella murió un día de mucha nieve en la plaza del centro. Cuando un estruendoso disparo penetró en su piel, haciendo correr la sangre sobre su vestido blanco. Los responsables fueron unos pistoleros semi analfabetos que querían cobrar una antigua deuda de los Morgan.

Ese día de poco viento el cielo lloró mientras ella le miraba contrastando el azul de sus ojos. Las campanas de la iglesia sonaban al mismo tiempo que su sangre teñía la nieve bajo su cuerpo. Luego de ello estuvo varios meses bajo cuidados intensivos de los mejores curanderos. Casi perdió la vida, pero Dios no quiso llevársela aún.

Varios años después los Morgan, tomaron el control del comercio de esta ciudad capital llamada Ironforge. Robaron, compraron y asesinaron. Con un ejercito privado de pistoleros semi analfabetos, que respondían solo a una persona, la Viella que murió un día de nieve que resucitó como Bellatrix.

BELLATRIX | REINA DEL HIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora