Los pantalones cortos de Kibum (JongKey)

Capítulo 8

—Hey, hyung ¿ya sabes a qué universidad aplicarás? —le dijo Minho, trayendo entre las manos algunos folletos de escuelas que habían recibido, horas antes, durante una de sus últimas clases del periodo.

Jonghyun suspiró profundamente, caminaba cabizbajo con las manos en los bolsillos, distrayéndose con todo y nada, mirando al vacío y sospechosamente silencioso y desganado desde hacía algunas semanas atrás.

—Todavía no sé... —respondió secamente.

—¿No querías ir a la escuela de arte y música de Seúl?

—Ya no estoy tan seguro de querer ir allí....

—Pero, siempre ha sido tu sueño ser compositor, hacer música —Minho insistió algo alarmado— ¡tienes que ir allí!

Jonghyun bufó algo molesto, cansado de buscar explicaciones y motivos que no le estaban llevando a ningún lado. No había hablado con Kibum desde ese último despojo de duda entre ellos, y eso realmente había afectado su humor de manera notable, aun cuando se había pasado esos últimos meses metido en un gimnasio para ejercitarse, con el fin de mantenerse distraído y evitar pensar en el dolor que le provocaba.

—¿Sabes? es que ya no siento tantos ánimos como antes... —confesó.

—Tiene algo que ver con Kibum ¿cierto?

Y su amigo no quiso responder, pero Minho sabía a la perfección que todos esos cambios y altibajos de humor de su hermano se debían, más que nada, a la situación que vivía con respecto a Key.

Jonghyun se lo había contado todo, que se había enamorado perdidamente de su lindo vecino de pantalones cortos, una vez que no había podido seguir guardando en su pecho todas esas emociones que fluctuaban en él desde que Kibum regresó a su ciudad natal. Y Minho lo entendió, sin juzgarlo por saber que tenía por pareja a otro chico, porque quería a Jonghyun de cualquier manera sin importar sus preferencias; no negaba que le había sorprendido un poco el hecho de que se hubiese enamorado de un chico, no obstante, lo que no le agradaba para nada era el hecho de saber que ahora mismo su amigo estaba sufriendo por causa de él.

—Ya no sé qué es lo que pasará entre nosotros... —le dijo acongojado; Minho pasó su brazo alrededor de sus hombros y le dio un fuerte abrazo mientras ambos caminaban, aún entre las calles, para llegar a casa de Jonghyun.

—Hey, todo saldrá bien, hyung —le dijo— no te desanimes.

Jonghyun hizo una mueca de falso conformismo, aun cuando deseaba desde lo más profundo de su corazón el creer que lo que Minho decía podía ser verdad.

—¡JONGHYUN!

Fue la voz lo primero que reconoció, ese tono era simplemente inigualable, era único. Pero incluso, llegó a pensar que era su propia mente la que le estaba jugando una muy mala pasada, hasta que lo vio, justo cuando giró el rostro para encontrarse con la bella criatura del verano pasado que apareció frente a sus ojos.

Era él, su lindo chico de los ajustados pantaloncillos cortos, luciendo tan hermoso como lo recordaba y con algunos pequeños cambios en su apariencia, que, según opinaba, le sentaban de maravilla.

—¿KIBUM? —se detuvo unos segundos cuando titubeó— ¡¡¡KIBUM!!!

La sonrisa se le amplió, y como por arte de magia su semblante también cambió, pasó de ser el rostro triste y afligido al de agitada felicidad, la misma que sentía cuando estaba cerca de Kibum, su novio. Porque Key aún era su pareja, porque eso nunca se lo negó.

—¿Qué haces aquí? ¿por qué tú...?

Pero Key fue más rápido que él cuando se lanzó directamente hacia sus brazos, rodeándole por los hombros y siendo tomado, por los fuertes brazos de Jonghyun, en un abrazo que le valió elevarse unos cuantos milímetros del suelo.