𝐆𝐄𝐍𝐈𝐔𝐒 ─ ᴀʟɪᴄᴇ ɪɴ ʙᴏʀᴅᴇʀʟᴀɴᴅ

v. ♢ Lost

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A LA EDAD DE sus 5 años, Mirana perdió a sus padres en un accidente automovilístico solo sobreviviendo ella.

La familia de su padre había cortado toda relación al casarse con la que sería su esposa, misma que solo tenía de familia a su abuela.

Pero Mirana no pudo ser cuidada por ella, así que la trabajadora social ayudo que la pequeña fuera adoptada por una familia de Estados Unidos.

—¡Despierta! —El grito en su oído hizo que la latina se levantara de golpe para ver a su amigo, Jace.

—A la próxima que me despiertes así, juro que no la cuentas.

El rubio le sonrió—. Dormiste por una eternidad.

—Sí, ajá —dijo para empujarlo levemente.

—Ya pasaron dos días desde que el peli teñido se unió a nosotros. —La latina lo miro esperando a que se refería—. ¿Confías en él?

—¿Por qué lo dices?

Pero antes de que el rubio respondiera, llego Chishiya con algunas provisiones.

—Encontré estas cosas —señaló la bolsa que traía—. ¿Pasa algo?—preguntó al ver las caras de Jace y de Mirana.

La pelinegra negó—. No, gracias por las cosas.

Chishiya asintió para entregarle la bolsa.

—Bueno, será mejor encontrar otro sitio en donde quedarnos —habló Jace para ir hacia la carpa.

Lo que los dos compañeros no sabían, era que aquel peli teñido los había escuchado estando escondido, pero antes de que la latina pudiera responder decidió interrumpir, tal vez queriendo en el fondo de su corazón no querer escuchar una respuesta negativa por parte de ella.

El poco tiempo que se quedó con ellos, pudo notar que el rubio se le pegaba como chicle a Mirana, por lo que ella a veces se quejaba. No sabia con exactitud si le agradaba el rubio o no, pero sabía que en poco tiempo se tendrían que separar.

—El día de hoy esta algo pesado —le sonrió la latina—. Así que no le hagas caso si sucede algo.

—Lo haré —contestó.

—¿Escuchaste, verdad? —preguntó Mirana sin esperar una repuesta por parte de el—. A Jace le cuesta confiar un poco en las personas, detalle que comparten.

El peli teñido alzo la ceja.

—Tal vez no nos conozcamos por mucho tiempo, pero yo si confío en ti, cosa que también se me dificulta.

La peli negra se levantó dispuesta a ordenar las cosas para empacar.

—Y yo en ti, latina.—Fue lo que escuchó haciéndola sonreír.