Seth, Dios del desierto, es castigado por sus maliciosos actos. Horus, nuevo Rey de Egipto, abandona sus responsabilidades para ayudar a que su tío se libere de su maldición.
Estarán juntos atravesando todo Egipto por un lapso aproximado de 100 dia...
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El sol se asomaba por las vastas dunas de arena de Egipto. Sus poderosos rayos pegaban en los ojos carmesí de un familiar pelirrojo, que se encontraba dormido sobre una gran formación de piedras.
Cubierto por una suave manta de seda... Espera. ¿Manta de seda? Que extraño, no recordaba tener una manta de seda para taparse por las noches.
-"Buenos días tío, el sol ya está saliendo. Es hora de que te despiertes."- Le susurró Horus suavemente a su tío.
-"Mmm... ¿Solo un poco ma-"-Cuando Seth abrió los ojos, vio algo que nunca hubiera esperado.
-"Horus."-
-"¿Si, tío?"-
-"¿Dónde mierda está tu ropa?"-
Horus se encontraba arrodillado frente a Seth COMPLETAMENTE DESNUDO (ignorando el característico sombrero de halcón que siempre llevaba). Su "masculinidad" estaba exhibida al mundo sin vergüenza alguna, y lo peor es que a Horus parecía no importarle.
Si Hathor viera esto se volvería completamente loca.
Seth miró bien su "sabana" de Seda. Era la Shanti de Horus.
-"¿¡POR QUE CARAJOS ME DISTE ESTO PARA TAPARME!?"- Gritó el Dios horrorizado.
-"Parecías tener frío anoche, así que te tapé con mi-"-
Antes de que Horus pudiera terminar la oración, Seth azotó su Shanti contra su cara.
-"¿¡Por qué mierda sigues hablando!? ¡Estás completamente desnudo!"- El rostro de Seth se había tornado rojo.
-"Pero tío, no hay nadie además de nosotros dos."- Respondió Horus aún desnudo.
-"¡No me importa! ¿¡Quién dijo que lo primero que quería ver al despertar eran tus bolas!? ¡¡¡Vístete rápido!!!"- Gritaba Seth como un maníaco.
Horus tomó su Shanti y comenzó a vestirse.
Su tío parecía molesto, pero su cara estaba roja. ¿Por qué le avergonzaba? Ambos eran hombres. Sin dudas Seth era un misterio, le hacía recordar un poco a su madre... Se enojaba por cosas extrañas de la nada. Tiene sentido ya que son hermanos.
Cuando Horus terminó de vestirse, le dijo a Seth que esperara un momento, que iría a buscar el desayuno que había preparado la noche anterior.
El Dios no iba a negarse, este nuevo cuerpo mortal le exigía comida a gritos. Pero dejando su colosal hambre de lado, le sorprendía lo atento que estaba siendo Horus.
Aunque no iba a admitirlo, el hecho de que le diera su shanti en plena noche y con todo el frío, lo hacía sentir importante.
Hacía siglos que alguien no hacía un gesto solidario hacia él, sin que lo haga por la fuerza o porque le tenía miedo. Pero bueno, nunca sabría si lo hacía porque realmente le importaba Seth, o porque tenía algún plan para aprovecharse de él.
