Seth, Dios del desierto, es castigado por sus maliciosos actos. Horus, nuevo Rey de Egipto, abandona sus responsabilidades para ayudar a que su tío se libere de su maldición.
Estarán juntos atravesando todo Egipto por un lapso aproximado de 100 dia...
Isis caminaba nerviosa por su habitación. Tal vez haberle dicho a Sekhmeth sobre su plan no había sido una de las más brillantes ideas, nadie sabía lo que podría hacer la leona.
Una pequeña gota de sudor bajó por su frente.
No hacía calor, ¿acaso estaba nerviosa?
Tomó uno de sus diversos pañuelos de seda y la quitó con delicadeza, no debía arruinar su maquillaje. Y sobre todo, no debía olvidarse de su principal objetivo, proteger a su hijo.
No importaba todos los castigos que recibiera, era su deber como madre. No permitiría que ese monstruo controle a su hijo para su conveniencia, no otra vez.
Recordó la última vez que vio a Horus. Tan tranquilo, durmiendo sobre las pilas de pergaminos que debía revisar. Había sido un día agotador para él, pero ella siempre lo cuidaría como en el primer día que se conocieron.
Aunque en ese momento ella no tenía ninguna autoridad, aunque su vida corría peligro si la acompañaba, Horus siempre la escogió a ella.
Pero ahora... ¿Qué había hecho mal?
¿Por qué él..? ¿¡POR QUÉ UN HOMBRE TAN CRUEL COMO ÉL!?
Él no se merecía nada, nada más que los castigos más tortuosos y dolorosos del mundo. Castigos que lo privaran de su estabilidad mental y lo obligaran a plegar por su muerte. Si lo hacía, solo se lo dejaría vivir con el tormento de querer acabar con su vida.
El castigo perfecto...
Lástima que la Enéada tenía otros planes. Su castigo sonaba mucho mejor que el verdadero "castigo" que le dieron a Seth, pero bueno.
De repente, unos pasos apresurados se escucharon desde fuera de la habitación.
Los pasos cesaron, y alguien tocó la puerta.
Isis suspiró.
-"¿Quién es?"- Preguntó.
-"¡Isis, soy yo! ¡Nephthys!"- Se escuchó del otro lado de la puerta.
La voz si concordaba, ¡realmente era Nephthys! Supongo que la Leona no hacía tan mal trabajo después de todo.
Isis corrió a abrirle la puerta, y la recibió dentro con una sonrisa.
Una vez que ambas se sentaron en unos sillones que se encontraban cerca de una ventana, comenzó la charla.
-"Sekhmeth me contó sobre tu plan..."- Habló Nephthys.