Los ojos del pelirrojo fueron abriéndose lentamente visualizando la nada misma, oscuridad fue lo que invadió sus ojos, trató de moverse y sintió un tirón en la pierna derecha, bajó su mano lentamente por su pierna notando como su tobillo derecho se encontraba entre frías y gruesas cerraduras de metal enganchados a una gruesa cadena que lo mantenía sujeto a la cama.
Ariel entró en pánico, trato de zafarse tirando de está con todas sus fuerzas pero esta no cedía, el pelirrojo opto nuevamente por hacer lo mas "inteligente" que se le ocurrió, gritar por ayuda, aún sabiendo que su secuestrador posiblemente lo escucharía e iría en su búsqueda para reclamarle, aún así Ariel siguió con sus gritos, al menos podría lograr que su secuestrador llegará y le diera unas
bien merecidas explicaciones.-¡¡AYUDA!! ¡¡ALGUIEN POR FAVOR AYUDEME!! - gritaba una y otra vez sin parar suplicando porque alguien lograra escucharlo-
-¡¡BAJA LA VOZ POR LA MIERDA!! - esa voz apareció dando un fuerte golpe a la puerta permitiendo así que luz entrará a aquella habitación-
Ariel automáticamente quedó en silencio observando con miedo hacía aquella figura, el chico se encontraba solo con un ligero pantalón de tela fina cubriendo su cuerpo dejando su bien marcado abdomen a la vista del pelirrojo, definitivamente su secuestrador era casi de su edad pero aún así no podía confirmarlo porque como siempre el
chico llevaba esa espeluznante máscara, dejando nula la posibilidad de apreciar su rostro, solo podían verse unos mechones de cabello blanco se asomaban por su nuca y flequillo.Mentiría si dijera que no quedo embobado viendo el físico de aquel chico pero enseguida se apartó de esos pensamientos, estaba mal avergonzarse por ver el cuerpo de un chico, el no era gay, eso no estaba bien.
- Deja de mirarme así a menos que quieras que pierda el autocontrol Kitten -habló más calmado el chico entrando a la habitación cerrando puerta.
La habitación fue sumergida nuevamente en ese silencio donde ahora solo se escuchaban los pasos del secuestrador, hasta que finalmente se escucho un interruptor, seguido de esto el lugar se iluminaba dejando a la vista de Ariel una gran habitación con una gran y cómoda cama donde el se encontraba, muebles finos por donde quiera que mirara.
El pelirrojo no pudo evitar preguntarse si a los asesinos les pagaban o algo, tal vez el chico con máscara frente a el había robado esas cosas.
El pelirrojo se cohibió cuando el chico frente a el se le acercó peligrosamente.
-¿Qué hago aquí? -Ariel se atrevió a preguntar tratando de aparentar ser fuerte- quiero irme...
-Eres mi mascota y las mascotas
no hablan a menos que quieran ser castigadas -sonrió socarron cruzado de brazos - y tu acabas de sacarme de la tina con tus molestos gritos.-Y-yo.. - Ariel no sabía como reaccionar, recién ahora se daba cuenta de como el torso del chico era adornado por finas
gotas de agua que se deslizaban por su marcado cuerpo y su blanco cabello
lucía húmedo y desordenado--Eres muy bullicioso kitten - se quejó el peliblanco- tendré que cerrar esa boquita tuya.
-N-no...por favor...dejame ir... -suplicó al borde de las lágrimas-
-Lo diré solo una vez, yo no dejo vivir a nadie que fuera testigo de mi trabajo, te quedas aquí o te despides, tu eliges kitten - sonrió levemente dando algunos pasos hacia el chico- pero te lo advierto, no me gusta que desobedezcan mis ordenes.
El pelirrojo lo pensó, y vaya que le costó. No quería morir, tenia una familia a la cual ver, amigos, una novia a quien cuidar...además ¿que tan malo podía ser?, el chico no lo dejaría morir y solo tenía que obedecer sus ordenes, con suerte después se aburriría de el y lo
dejaría ir, todo volvería a la normalidad.¿Nada cambiaría verdad?.
-No quiero morir... - dijo finalmente-
- Buena elección kitten - sonrió de lado-
-¿Me dirás tu nombre? digo... al menos merezco saberlo...
-Obtendras lo que des - habló secamente- tienes que ganarte las cosas y más te vale no querer saber de mi o atente a las consecuencias...
-¿Y... como quieres que te llame? - se quejo Ariel aún con miedo-
- "Daddy" quizá - rió levemente - eso no importa, ahora no molestes, tengo cosas que hacer.
El peliblanco salió de la habitación cerrando la puerta con seguro, Ariel se quedó mirando la puerta por unos minutos pensando en las últimas palabras del chico que a pesar de que fueron dichas con tono de broma Ariel las quedo pensando.
- ¿Daddy....?