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Por quién su corazón pendió de un hilo durante tanto tiempo ahora se encontraba frente suyo sin saber si era siquiera real, Aether estaba ahí; su semblante yacía tan cansado como siempre, pero esta vez, también lucía angustiado, con las manos nerviosas, temblando cada parte de su cuerpo; Xiao no entendía nada, ni desde el hecho de que hubiese vuelto, hasta el comportamiento ansioso que desbordaba en frente suyo.

"Estoy dispuesto a protegerte, pero no te acerques ni te entrometas en mis asuntos, o te arrepentirás toda tu vida."

El viajero se acercó un poco luego de soltar con una voz temblorosa aquellas palabras.

"Eso me dijiste, fue hace tanto tiempo... Creí que solo era tu orgullo, tal vez incluso tu inseguridad."

Ante cualquier persona, esas palabras parecía el inicio de una poderosa discusión en busca de culpables inexistentes y causas perdidas, pero Xiao podía entrever el sentimiento en su voz, podía leer completamente la tristeza en el tono, por lo que le dio pase para que continuara, guardando silencio.

"Pero tenías razón, me arrepentiré todo la vida."

Finalmente el temble en la voz del rubio quebró, mirando al adeptus dolido.

"Xiao... Me fui sin despedirme porque no quería que nuestro convivir tuviese fecha de caducidad dictada por una palabra, no te quería decir adiós, porque si no veías el marcharme, entonces no me habría marchado realmente. Xiao, no tienes idea cuánto me arrepiento de haberte conocido, porque me condené de por vida a amarte. Fui egoísta, pudimos simplemente hablarlo y tú-"

Unos brazos arroparon a aquél que ahora se encontraba sorprendido.

"Te extrañé muchísimo." El de cabellera oscura no supo cuándo empezó a derramar a mares, cientos de emociones que ahora rodaban por su piel.

Aether no pudo contenerlo más, tenía el corazón partido en dos, soltando un intenso llanto suplicando perdón con cada lágrima que descendía por sus sonrosadas mejillas, a la par que correspondía fuertemente el abrazo.

Finalmente, al separarse, ambos limpiaron sus lágrimas, Xiao no entendía cómo la genuina risa de quien tenía en frente suyo era capas de transformar su arrogancia en algo tan dulce y acaramelado. Separó el último vestigio de separación entre los dos, para sellar el reencuentro con un beso, lento y dedicando en él todo el cariño que se tenían.

El viaje nuevamente a Sumeru se había dado por nuevos avances en la investigación de Nahida, Aether no había abandonado su motivo, pero no quería dejar ir aquello que amaba con cada centímetro de su cuerpo y alma. No quiso decir adiós esa madrugada, donde su amado se había dormido plácidamente en sus brazos, no quería despedirse de los besos que le dedicaban los buenos días, pero sabía que estaría alejado de Liyue por un tiempo considerable otra vez, y se enfrentaría a nuevos obstáculos que podrían poner en riesgo incluso su vida, pero resistiría por su amado. No quiso decir adiós porque quería volver a la cama improvisada que compartían, quería volver a las caminatas por las colinas, a luchar codo a codo contra lo que se les pusiera en frente, a ver el cabello desaliñado del pelinegro al terminar el día, a esos momentos donde tenían que obedecer a sus instintos carnales, a visitar una vez más los campos floreados y darle una pequeña flor que adornara su cabello y reluciera sus ojos. Para Aether, el no querer despedirse era una brecha entre un montón de posibilidades, que le dejaba volver a amar una vez más, porque dolería un tiempo la separación, pero amarle, sería para toda la vida.

Ambos se amaban y lo sabían, sabían que extrañarse les dolía demasiado, sabían dónde querían estar, por eso, incluso en esos momentos podían perdonar, por eso Aether debía completar su misión, fin a todos los contratos... Fin a todos los contratos significaba abstenerse por meses para un día poder dejar la abstinencia y vivir juntos en esa pequeña cabaña que se prometieron construir para convertirla en su hogar el día en que dieron su primer beso. Era inevitable para ambos sufrir en el camino, pero estarían dispuestos a soportarlo.

¿Por qué? Porque su amor es puro, es un amor angelical.

Angelical - XiaoetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora