Despertar.

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Era común que los alfas fueran enviados a internados en dónde sólo se admitían los de su misma casta, las familias ricas estaban demasiado ocupadas manteniendo su imagen como para permitir algún desliz de sus jóvenes y demasiado inexpertos herederos sin importar cuán maduros fueran, estos tendrían que permanecer en aquellas instalaciones adecuadas para cada una de sus necesidades hasta tener la mayoría de edad y relevar a sus padres en los negocios familiares.

No sonaba mal, digamos, tenían una buena educación, amplias zonas de ocio entre cafeterías, gimnasios, canchas y salas de entretenimiento, además de ¡claro! Actividades extracurriculares que era elegida por el mismo alfa y en la que iba a desempeñarse posteriormente.

Sin embargo, para muchos de estos jóvenes era una tortura, pues en ciertos casos estos chicos eran enviados como parte de un castigo o "corrección" algo así como un lavado de cerebro para ser buenos alfas en un futuro, olvidando cualquier ápice de espíritu libertido o demasiado salvaje. Como todo no puede ser color de rosa, se mantenían bajo vigilancia por los superiores, intensas clases de comportamiento, además de tener que jugar algún deporte obligatorio (entre más rudo mejor) Según los maestros necesitaban adquirir fuerza y destreza que sólo un deporte de alto rendimiento puede brindar.

Aunque variaba según el centro educativo seguían manteniendo aquellas absurdas reglas y no querrán escuchar las que imponen los internados para omegas, no es de extrañar porque al final del día la sociedad era hostil y retrógrada.

De todas formas, no puedes obligar a una mente redonda encajar en una pared de bloques, como era su caso y seguramente el de muchos otros jóvenes con aspiraciones y sueños más allá de las intenciones de sus padres. Él no era alguna clase de arcilla para manipular a su antojo, incluso si ha pasado años en esa cárcel de oro se alegra de pensar que sigue siendo el mismo, tan sólo ha ampliado su perspectiva y apenas terminé su último año, planea escapar muy lejos de aquella ciudad, quizás incluso cambiarse el nombre y obtener una identidad falsa.

Lleva planeando eso desde su primer semana allí y sabe que puede lograrlo apenas tenga la oportunidad, ahora sólo debe esperar un poco más ¿qué es un año más cuando ya habían pasado seis? Sólo necesitaba mantener su reputación casi perfecta.

Jeon Jungkook el joven y saludable alfa, genio de las matemáticas, capitán del equipo de baloncesto, equitación y artes marciales, reservado y calculador, sabía que los maestros lo tenían en un pedestal ¿quién podía sospechar lo que tenía entre manos?

Todo marchaba según sus cuidadosos planes.

Excepto su celo.

La época de su rutina era un jodido dolor de cabeza, su lobo era un caprichoso de primera, sabía que tipo de omega necesitaba para quedarse en paz y si no lograba conseguirlo antes de la fecha, Jungkook tenía que drogarse con supresores o intentar aliviarse con patéticos juguetes sexuales que encontró por Internet en medio su desesperación, la mayoría ni siquiera hacía efecto.

Había empeorado justo para ese año, el lobo en su interior cada vez más quisquilloso se molestaba por la mínima nota de olor que no le guste y bien que podría follarse a un lindo omega sin su ayuda, pero el maldito no le permite formar un nudo.

Su orgullo era demasiado grande para ser pateado, fuera de su celo su vida sexual era maravillosa, incluso si en el fondo de su ser escuchaba los gruñidos de pura desaprobación que enviaba su lobo, todavía podía joderle los sesos a cualquiera y conseguir liberar su propio estrés.

Así que, eventualmente, el tema comenzaba a frustrarlo y se filtraba en su comportamiento diario, se caracterizaba por ser un alfa serio, pero luego de otro celo fallido su humor estaba para la mierda, incluso había obtenido su primera falta en el limpio historial tras alzar la voz y gruñir a un maestro, también había terminado sorprendido de sus propios impulsos.

Si continúa de esa forma y por lo visto, con los fallos que comienza a presentar en su autocontrol, para el final del año estará en la lista de alfas agresivos y de nuevo será el blanco de su abuelo quién recibe una carta detallada de su comportamiento cada mes.

Obviamente no le va a gustar la que vendrá, lo que le asegura una charla jodidamente incómoda a final de mes.

Sabe que necesita arreglar a su lobo lo antes posible, llega a la conclusión de que necesitará de una pareja fija para pasar sus celos y empieza a reunir perfiles de omegas que encajaran con las demandas de su alfa, de nuevo todo esta bajo su control, al encontrar el elegido será un problema menos en su lista.

Pero ¿qué pasa si lo que busca no es un omega? ¿Y si en su lugar es un alfa?

Jung Hoseok, diecinueve años, capitán del equipo de tiro con arco y natación, jugador del equipo de baloncesto, prodigio en idiomas.

Un alfa que huele a brisa de primavera y pan recién horneado, alguien que siempre estuvo más cerca de lo que había pensado.

Jungkook odia no poder tener las cosas bajo sus reglas y a su manera, odiaba a este pequeño alfa por poner su mundo de cabeza ¡y sólo le bastó poner un pie en su apartamento! Incluso si es la cura que tanto buscaba, se verá envuelto en algo más complicado de lo que había pensado.

Se supone que sólo sería un acuerdo.

Diablos ¿por qué la vida seguía poniéndolo a prueba?

𝗜 𝗪 𝗕 𝗬  ২ junghopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora