The witch hunt; parte 2

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La desesperación por acabar el juego se podía oler en el ambiente. La sangre y el sudor se mezclaban con las lágrimas de miedo de la gente que quedaba en el vestíbulo cuando de repente se escucharon gritos. Detrás de nosotros, un gran fuego se estaba propagando y de él salieron balas que atravesaron a algunos jugadores. En ese momento ni si quiera me agaché, deseaba que aquellas balas me atravesaran porque estaba segura de quién era el responsable.

Niragi emergió del fuego, como si fuera el dueño del mismismo infierno. Su camisa atada en el rostro, un único ojo para apuntar con su rifle. Seguramente, podía incluso disparar a matar sin siquiera apuntar. Incapaz de moverme, pero sin poder dejar de mirar, Usagi se tiró encima de él, sin vacilar. Miré mis manos, las vendas empapadas de toda la sangre que había derramado aquella noche y entonces entendí que había estado todo aquel tiempo negando la verdad, escudándome en justificaciones sin sentido por culpa de la cobardía y el miedo. La verdad es que esas manos, que juré que no contestaban a mi voluntad, sino a la de Niragi, me pertenecían y, si habían obrado a las órdenes de aquel animal era solo porque yo había decidido obedecer.

Intenté avanzar, intenté hacer algo, pero seguía inmóvil mientras mi mente era como un huracán de pensamientos y remordimientos. Arisu gritó y fue hacia Niragi para ayudar a Usagi. Cuando Niragi se quitó de encima a Arisu y lanzó a Usagi, pensé que, si no actuaba en ese momento, no podría hacerlo más. Quería vivir, al precio que fuera, quería volver al mundo real y sabía que Niragi era imparable. Aunque supiera que no era justo, tenía claro que volvería al lado de Niragi una y otra vez, porque no podía redimirme y estar junto a él sería mi castigo hasta que el juego decidiera si era digna de descansar con mis pecados o vivir siempre con ellos.

Sin embargo, mis planes se torcieron cuando Aguni también salió de la nada y llevó a Niragi hacia las llamas, al fondo del infierno, lugar de donde creía que no era posible que volvieran a salir.

𝘝𝘦𝘯𝘨𝘢𝘯𝘻𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora