EL COMIENZO

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Leonid con problemas lograba conciliar el sueño. Después de todo, no estaba del todo solo en su cabeza.

-no te duermas...- susurro

-vamos arriba- susurro

Sin más Leonid se levantó de un salto -carajo...- hace su cabello para atrás -ya, ya me desperté, ¡dejen de hablar mierdaaaaa! - suspiró -¡CARAJO LEONID!... olvidaste otra vez las medicinas-

Se levanto, y procedió a tomar sus medicamentos y salió de su hogar para poder caminar y despejar su mente. No era muy tarde, aun había gente en las calles, paso por una calle no con mucha gente, realmente, no prestaba atención a lo que pasaba a su alrededor, estaba perdido en su mente, imaginando de todo, pero lo más estaba presente era aquello que tanto anhelaba. Sin un aviso previo, choco, sin perder un segundo sujeto a la mujer que casi hacia caer al suelo.

-lo siento- respondió Leonid con aquella voz grave pero delicada y atrayente

La mujer puso una cara de confusión, no entendía su idioma, por lo que no le quedo otra que hablar en ingles

-entiendes el inglés? - respondió la joven de cabello negro brillante, y unos ojos, que dios, te cautivaban con solo verlos

Leonid asintió, reincorporo a la mujer y nuevamente se disculpó, la chica, no parecía molesta, al contrario, le mostro una linda sonrisa a Leonid, que lo dejo, bueno, literalmente, se cayó.

La mujer y Leonid rieron, una vez el joven ya estaba levantado, la mujer le pregunto si le gustaría tomar algo con ella y sus amigos, a lo que Leonid, sin duda, dijo que sí.

Pasarón un buen rato, hasta que Leonid fue a dejar a la joven a su hotel donde estaba hospedada ella y sus amigos, al llegar, se quedaron solos Leonid y la joven, pues los demás, se habían ido a descansar ya

-Fue un gusto conocerte, gracias por traerme a mi y a mis amigos - contesto la chica

-el gusto fue mío... pero aun tengo una duda... hablamos, pero, aun no se tu nombre- dijo Leonid con una voz calmada, pero a la vez curiosa

La joven soltó algunas risas, jalo a Leonid de la camisa para bajarlo a su altura, y con una voz dulce le susurro al oído -soy Luz- puso su mano sobre la chaqueta del joven, sonrío y se alejó - ¡adiós! - grito mientras caminaba hacia la puerta

Leonid había quedado congelado -eso... ¿será parte de las costumbres de su país? -

Algo ruborizado fue a su hogar, en cuanto llego se dejo caer en la cama y puso sus manos en su pecho, suspiro calmado hasta que escucho algo sonar... ¿papel?, busco en sus bolsillos, y era una pequeña nota hecha por un pedazo de papel, donde había un número de teléfono y decía

-Llámame-

Leonid suspiro con una sonrisa mientras miraba la tarjeta detenidamente -ohhhh luz... ¿serás tú la que veo al cerrar mis osos...? -

REGRÉSAME MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora