Castillo de Ipswitch (Inglaterra), 24 horas antes.
NOTA MENTAL🤔
¿Alguien me podría aclarar si hoy es el día de las inocentadas?
ELA
«¡No puede ser verdad!», me susurro a mí misma.
Seguro que es un error. Miro alrededor intranquila. Estoy sentada en una silla tapizada en rojo, el mismo color que predomina en la mayoría de las cosas del salón en el que me encuentro en este momento. Mis manos empiezan a sudar y el mareo me acecha. No es difícil reconocer esa sensación, ya que siempre me ocurre lo mismo y no hay manera de detenerla. Eso es lo que pasa cuando sufres de "eritrofobia", en traducción: fobia al color rojo. Sí, soy rara de cojones, lo reconozco. Claramente, encontrarme ahora mismo en esta jodida habitación color granate, y moviendo las rodillas agitada, no me es de gran ayuda.
Continúo temblando, pero hago un esfuerzo en controlarme y de momento saco el móvil, ya que está vibrando desenfrenado en mi mano.
Oyeee, di algo😱😱🙈 ¿Deberíamos preocuparnos? —leo el mensaje de Emma.
¿Entramos a rescatarte?😨 —le sigue otro de Mar—. ¿A quién hay que meterle una bala?🧐
Empiezo a teclear, bastante distraída.
Esperad, ¡puñetas! Todavía no sé nada. Pero cargad ese arma... por si acaso.
Escribiendo...
¡Ohh, jolínes! 😭😭😭 —dice Mar.
Levanto mi vista y vuelvo a guardar mi teléfono móvil. Sigo examinando aquel lugar tan desconocido para mí. Todo está diseñado y arreglado con muy buen gusto, desde lo más imponente, hasta los artículos menos relevantes, como por ejemplo, un pequeño candelabro que adorna la mesa y sigue el juego de ese maldito color. Noto al instante que el techo es muy alto, exageradamente alto, y que en el centro hay una lámpara de cristal rosáceo, muy llamativa. Una alfombra bastante gruesa cubre el suelo de roble. La alfombra combina colores de marrón crema y va a tono con el mueble de madera maciza, el cual posee un tallado ornamental rico y variado.
Quedo interrumpida de nuevo por los mensajes de mis chicas de El trío La La La, nuestro grupo de Instagram. Ahí es donde nos lo contamos todos y confieso que paso más tiempo conectada, que estudiando o haciendo cualquier otra cosa.
Elaaaa😢😢 —escriben mis amigas desquiciadas— Al menos cuéntanos qué ves, ¿qué hay allí?
Suspiro todavía desconcertada y ruedo mi vista otra vez por la amplia estancia.
Libros, libros y... más libros —respondo rápido.
La biblioteca que hay detrás del escritorio está repleta de libros de tapa dura, antiguos y seguramente significativos, porque tienen toda la pinta de ser originales. Además, hay un globo terráqueo dorado que casi roza el sillón oscuro, el cual se encuentra al lado de la chimenea.
Y un globo... —añado.
¿De Navidad? —pregunta Mar.
¿De inflar, como los de las fiestas?—escribe Emma casi a la vez.
¡No, joder! —clavo mis colmillos en mi labio superior—. Es uno de aquellos globos terráqueos gigantescos que hay en los despachos —sonrío con disimulo.
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Duchess
RomanceELA emprende un viaje al extranjero, en el cual todo transcurre con total normalidad. Sin embargo, una desafortunada coincidencia hace que, de un momento a otro, se vea atrapada en un mundo desconocido para ella y para cualquier "plebeya" del siglo...