"Jade Thirlwall".

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—¿Lista, Darcy?- Cuestionó Harry, sonriendole levemente a su hija.

—Creo que sí...- La chica se encontraba algo insegura, pero aún así asintió.

Harry miró los ojos de su hija, verdes, iguales a los de él. Harry siempre había pensado que éso era lo único en lo que Darcy y él se parecían, ya que, a diferencia de Harry, que era poseedor de un cabello castaño con algunos rulos (Ahora se notaban menos), la cabellera de Darcy era totalmente lisa y su cabello era de color rubio claro. Al igual que el de su madre.

—Sé amable, ¿Vale?- Le rogó Harry a su hija, mientras se apresuraban para entrar al auto.

—Trataré, papá- Susurró, por suerte su padre no la escuchó, por lo que Darcy asintió, tratando de tranquilizar a Harry. Sabía que él se estaba esforzando para que ella fuese feliz.

«Al fin y al cabo, él no tenía la culpa».

Al adentrarse al auto, Darcy relajó todos sus músculos. El característico olor del auto de su padre. (Cada semana, cuando se acaba el pequeño atemorizante con forma de pino que su padre compraba, él siempre lo reemplazaba por un sabor distinto). Él de ésta semana era un olor parecido a mango con piña, pero que de alguna manera resultaba agradable. Sobretodo para Darcy.

—Ya llegamos, Darcy- Se había pasado tanto tiempo sumergida en sus pensamientos que no se había percatado de que ya se encontraban en el estacionamiento del hospital en donde Darcy había nacido, y su hermano menor también.

Suspiró para luego desabrochar el cinturón de seguridad.

—Aquí vamos- Harry sonrió, haciendo sonreír levemente a su hija.

Los dos se encaminaron hacia las puertas de cristal del hospital. De alguna manera, cada vez que Darcy iba a algún hospital (Para cualquier motivo), siempre sentía como si se encontrase en San Mungo, y bueno, la chica era fanática incondicional de aquella saga, así que tenía sentido.

Harry abrió la puerta de la izquierda (La que tenía el letrero que decía «Empuje») dejando pasar primero a su hija.

—Hola- Saludó a la anciana de sonrisa amigable que atendía la recepción. Darcy trató de sonreír.

—Oh, hola.- Dijo la mujer- ¿En qué les puedo ayudar?.

—Tenemos una cita con la psicóloga- Informó Harry. Darcy, que se encontraba algo avergonzada, trató de esconderse detrás del gigante cuerpo de su padre.

—¿Nombre?.

—Harry y Darcy Styles- Harry dijo los nombres de los dos.

—¡Ah, sí! Aquí está- Señaló la computadora, aunque ni Harry ni Darcy podían verlo.- Pasen, y esperen por ahí, en ésa sala.

Señaló una puerta, que seguramente llevaba a otra sala de espera.

—Gracias- Agradeció Harry, tanto por él como por su hija.

Mientras Darcy caminaba detrás de su padre, casi sintió, como si la mujer le hubiese guiñado el ojo, o le hubiese sonreído.

(...)

La sala de espera en la que se encontraban era muy acogedora, pequeña pero acogedora.

Algunas sillas se encontraban distribuidas en aquella habitación, también, en ésta, había un filtro para que la gente pudiese tomar agua y también una cafetera.

En una de las sillas, un hombre (De la misma edad que la de Harry, seguramente) se encontraba sentado. Posiblemente esperando a su hijo.

Los dos se sentaron a dos asientos de donde se encontraba el hombre, leyendo el periódico, y esperaron.

A los pocos minutos, escucharon la puerta abrirse, y una mujer, (De la edad de Harry, o tal vez un año menor) salió detrás de un chico, de la edad de Darcy, posiblemente.

—Nos veremos la próxima, Matthew- El chico castaño acomodó un poco su gorro y sonrió levemente. Luego, miró a los ojos de Darcy, ella también lo miró. Y luego, sonrió.

—Hola, papá- El hombre se sorprendió un poco, pegó un salto y abrió los ojos como platos.

—Ha progresado mucho, señor Wullber- La mujer sonrió. Su sonrisa era hermosa, cálida y trasmitía tranquilidad.

El hombre también sonrió. Abrazó a su hijo por los hombros y los se encaminaron hacia la salida.

Darcy sacudió la cabeza, tratando de olvidar los ojos azules de aquel chico y miró la placa de la puerta.

«Jade Thirlwall: Psicóloga de niños y adolescentes.»

—Ve- Harry le indicó, luego de que la castaña negara la cabeza cuando el caminaba detrás de su hija, tratando de entrar- Suerte, princesa.

Darcy asintió, metió las manos en los bolsillos de su chaqueta, tratando de que no se notara que jugaba con sus manos, nerviosa.

Cerró la puerta tras de sí y con pasos torpes y pequeños, se aproximó hasta la silla vacía que se encontraba esperandola.

Estuvieron en silencio por un rato, hasta que Jade (Que había estado escribiendo, en su archivo, supuso Darcy) levantó la vista para mirarla y cruzó sus manos, entrelazandolas, sobre el escritoria.

—Darcy, ¿Cierto?.

Darcy asintió, casi olvidandose de sus modales.

Jade sonrió aún más.

—Quiero que me digas lo que más te aterroriza en éste momento, en todo el mundo, Darcy- Pidió Jade.

Darcy suspiró. Jugó con sus manos.

—¿A qué le tienes miedo, Darcy?- Preguntó de nuevo. Una vez más.

A mí, tengo miedo de mí misma. A lo que sea que pueda hacer, o algo que pueda pasarme.

N/A:

¡Hola!

Espero que les haya gustado el inicio. Díganme como quedó de largo y todas ésas cosas, ya que, como yo escribo desde el móvil, no puedo ver cuantas palabras tengo escritas. Aunque como dicen:

«Calidad antes que Cantidad».

Es un dicho que siempre dice mi madre *Ríe nerviosa*

También quería decirles que a las personas que no han leído Harry Potter (*-*) o han visto las películas, quiero que sepan que San Mungo, es el hospital en donde los Sanadores curan a los Magos. Sólo para los/las que no lo saben.

¡Nos leemos!

¡Bye!

We Heart It: XRoseStylesHemmingsX (Ahí subiré fotos de la historia y éso).

—Rose.

Anorexia - Jade And HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora