El chico de las flores azules || Luckity AU

V

Rosas Azules.

La rosa azul era usada por los poetas del romanticismo para expresar un ideal de amor inalcanzable o un amor imposible. Por esa razón, regalar una rosa azul significa un amor pasional e imposible hacia la persona a quien la obsequies.

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Titanicus iba corriendo a jugar con los otros niños y la bulla que creaban los niños al estar jugando, provocaban que Quackity no pudiera conciliar el sueño mientras estaba sentado en una banca del parque.

El azabache había llevado a su hermanito al parque para que se distrajera un rato y no molestara demás, pero también para que él despejara un rato su mente de algunos pensamientos intrusivos que le estaban comenzando a molestar desde hace unas horas.

—Hola Quacks.

El sombrero del mexicano fue levantado por aquel simpático español, al cual Quackity le había rechazado el delicioso desayuno desde temprano.

Cuando el azabache abrió los ojos, lo primero que vio fueron los ojos carmesí de Luzu.

—¡Ay cabrón! Me espantaste pinche Lusu.

Ambos rieron tras haberse vuelto a ver por segunda vez en el día.
Aunque Quackity todavía no sabía el porqué había despertado en la casa de Luzu, igualmente no tenía ninguna queja, puesto que amanecer arropado entre suaves y calientes cobijas no era tan malo después de todo.

—No sabía que tomabas tanto.

Decía a manera de broma mientras tomaba asiento junto al mexicano, aunque por el contrario, Quackity estaba apenado por el comentario, provocando que mirara hacía otro lado y se rascara la nuca mientras trataba de justificarse.

—Es que a noche... uh bueno fui a una fiesta y tomé un chingo.

Quackity no quería mentirle del todo a Luzu, sabía que no estaba nada bien el hacerlo luego de que este había sido tan amistoso con él, pero tampoco quería quedar como un completo irresponsable al momento de tomar o al menos no frente al español.

—No vuelvas a tomar así entonces, tuve una discusión con un panadero porque estabas durmiendo justo afuera de su local.

—A ese pinche Don Luis, nunca le he caído bien.

El mexicano se recargó sobre el hombro de Luzu y soltó un gran bostezo en lo que sus ojos comenzaban a cerrarse lentamente. Quackity aún podía sentir como su cabeza daba vueltas, todo gracias al efecto que la resaca estaba provocando en él, por lo que descansar cómodo al lado de su amigo le parecía perfecto en ese momento.

—Igual, gracias mi buen.

El corazón del castaño latía desenfrenado, no podía evitar sentir su estómago revuelto cuando el mexicano estaba tan cerca de él; Sin duda, el clima estaba igual de cálido que su corazón.

Y en un descuido, un pequeño niño estaba tomando una de sus manos mientras lo miraba inocente y balbuceaba palabras.

Luzu miró al mexicano esperando que abriera los ojos, estaba completamente seguro de que eran parientes pues ambos tenían esos ojos saltones y esas mejillas algo regordetas que se pintaban rápido de rosa.

Pero al verlo descansar tan tranquilo sintió algo de pena, el rostro de Quackity parecía el de un trabajador que no ha tenido descanso en varios días.

—Pequeño, ¿eres hermano de Quackity?

Pregunto esperando tener una respuesta simple como un movimiento de su cabeza asintiendo o negando, pero en lugar de eso solo obtuvo una tierna risa de bebé.