Si a Agustín le hubiesen dicho hace un par de horas que terminaría en su cama acostado escuchando en replay la canción teardrops on my guitar, en vez de estar bailando y tomando sin parar en la joda que su promo había organizado para festejar el último primer dia, se hubiese cagado de risa a más no poder y buscaría la mirada cómplice de sus dos mejores amigas para reírse juntos. Porqué algo que todos sabían en la escuela secundaria Santa Clara, era que el chico de ojos azules amaba la joda y la disfrutaba de una manera que ninguno de sus compañeros llegaba hacerlo.
Estaba en su pieza a oscuras, ya que el sol todavía no se asomaba, y mirando fijamente al techo cómo si fuese lo más interesante del mundo. Una pequeña risa escapo de sus labios al pensar lo patético que veía actuando de esa forma, risa que en cuestión de segundos se convirtió en un sollozo silencioso y doloroso. Sentía vergüenza de el.
—Que boludo que soy —Se dijo a si mismo mientras limpiaba algunas lágrimas que caían por su cara con su brazo.
El recuerdo de esa noche en la cual el quería que fuese inolvidable para el, se repitió en su mente con vaguedad. Recordaba la música que aturdia sus odios, la jarra de fernet que se había tomado el solo, Tomás siendo el primer quebrado de la noche y cómo todos se habían cagado de risa por eso, recordaba bailar con sus amigos y algunos no tantos. Pero eran solo eso, momentos de la noche que pasaban por su mente sin contexto alguno ni relación entre sí por el alcohol que corría por su cuerpo.
Pero existia solo un momento que el chico recordaba con suma claridad y que logró que todos sus sentidos vuelvan a la normalidad, cosa que el fernet había entorpecido. En un determinado tiempo de la noche su cabeza comenzó a dar vueltas y sus pies le dolía de tanto bailar, así que decidió ir al baño a lavarse la cara y después de eso sentarse un rato en el sillón de la casa de alexis, quien se había puesto la diez y puso lugar para el upd. Se acercó a su amiga Coti y le habló al oído para avisarle que se iría un rato adentro y se encaminó al baño con algo de dificultad, ya que se le costaba dar más de dos pasos seguidos bien. Ya estaba a tan solo pasos de su destino cuando un extraño ruido proveniente de la cocina llamo completamente su atención. A pesar de no estar en las mejores condiciones sabía muy bien que lo que estuviese pasando en la cocina no era asunto suyo y lo mejor sería ignorar el ruido y seguir con sus cosas, pero no sabiendo muy bien el porqué sintió el impulso de ir y ver que estaba pasando en ese cuarto, presintiendo algo decidió seguir sus impulsos e ir a la cocina.
Grave error.
La imagen que se presentó frente a el al abrir la puerta lo había dejado completamente congelado en su lugar. Julieta Poggio; la que todos consideraban una de las chicas más lindas de sexto, la chica que llamaba la atención de todos sin esfuerzo alguno y la chica con la cual Agustín sin quererlo se comparaba todo el tiempo, se estaba chapando sin pudor alguno a Marcos Ginocchio, a su Marcos; su vecino de al lado, a quien consideraba su mejor amigo y el que lograba que su corazón latiera a mil por horas con solo una sonrisa o con un simple roce de manos.
Una fuerte opresión en su pecho lo invadió al presenciar el beso entre los dos, un beso que solo había pasado en sus peores pesadillas. Apretó con fuerza la manija de la puerta, aún si dejar de mirar a los dos jóvenes, toda su alegría se esfumó en tan solo segundos. Al darse cuenta de que ninguno de los dos notaron su presencia y tampoco la notarían por un buen rato, decidió alejarse de ese lugar. No quería estar más en esa casa, se sentía mal y en su cabeza no paraba de repetir esa escena tan hiriente para el.
Tomó su celular, pidió un uber y salió para la vereda sin despedirse de sus amigos y sin avisar que se iba. Sabía que por esa actitud recibía enormes sermones de Juliana y Alexis, y tendría que aguantar los reclamos de Coti y sus enojos. Pero en ese momento era lo que menos le importaba, solo necesitaba alejarse de ahí e ir a su casa.
Y ahora mismo se encontraba en su casa, pensando y sobre pensando en el chape que se arrepentía de haber presenciado. Insultandose mentalmente por haber seguido su lado irracional antes que la racional y sintiéndose cómo el rey de los boludos al pensar que esa noche podría pasar algo con el salteño.
Porqué a pesar de saber que Marcos estaba hasta la manos con Julieta, y que los dos vivían en un histeriqueo constante entre ellos desde tercer año, cuando la rubia se puso de novia creyó que el castaño la superaría y que por fin volteria a mirarlo a el de una forma romántica. Sabía que las probabilidades de que su amigo más leal se fijará en el era de cero coma uno por ciento, pero aún así no podia dejar de aferrarse a ese pequeñito porcentaje.
Otro grave error.
Si tan solo no se hubiese ilusionado, tal vez no hubiese ido con las expectativas de la noche hasta las nubes, tal vez su noche no se hubiese arruinado tan abruptamente y en ese momento seguiría bailando sin importarle nada, tal vez y solo tal vez su corazón solo se hubiese roto en un solo pedazo y no en tantos cómo ahora.
—Al final yo fui mi peor enemigo —Murmuró Agustín con cansancio parándose de la cama y acercándose a la ventana a cerrar la persiana, ventana que curiosamente daba a la pieza de marcos; la persona que menos quería ver en ese momento. —¿Creer que Marcos podía a llegar a gustar de mi? Que pelotudo —Hablo mientras acomodaba las cortinas azules.
Una vez terminó su cometido, se sento en la cama y observo la hora en la computadora, ya casi iban hacer las cinco de la mañana y a las siete y media tenía que estar en la puerta del colegio. Bostezando se saco el remeron que había hecho exclusivamente para esa noche y se acostó en la cama mirando su mesita de luz. Estiro su mano para poder agarrar su celular, pauso la canción que estaba escuchando en repetición y decidió apagar su celular al ver los más de treinta mensajes que le habían llegado. Mañana le explicaría todo a sus amigos y se disculparia por desaparecer así de la nada y sin avisar pero lo único que necesitaba ahora era descansar esa hora y media que le quedaba antes de tener que ir a la escuela.
Mañana sería un largo día.

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you belong with me; margus.
De Tododonde agustin quiere que marcos se de cuenta que pertenece a su lado. escuela secundaria au.