02; conflictos internos.

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Un bostezo muy sonoro se escapo de los labios de Agustin mientras caminaba con paso lento hacia el colegio. Tan solo había logrado dormir media hora, de esa hora y media que tenía prevista para descansar. A pesar de intentar dormir y tratar de que su mente esté en blanco, no podía dejar de pensar en ese beso que le tocó presenciar. Beso que sentía que lo perseguiria todo el año, porqué cada vez que lo viera a Marcos su mente lo llevaría a esa noche en la cocina donde por primera vez sintió en carne propia lo que era que su corazón se rompiese. Porque se conocía bastante bien y sabía que se torturaria con esa imagen mental hasta que por fin pudiese superar ese enamoramiento que tenía por el salteño; enamoramiento que en el fondo sabía que nunca podría superar.

Otro bostezo salió de su boca mientras pasaba su mano por sus rulos intentando despabilarse, consolandose con la idea de que a la tarde podría dormir una buena siesta solo tenía que aguantar unas cinco horas más. Igual si el se sentía así de cansado ni quería imaginar cómo debían estar sus compañeros, quienes seguro ni habían dormido nada. No pudo evitar rodar sus ojos al pensar lo insoportable que estarían Martina y Tomás hoy, si nadie los aguantaba cuando estaban bien dormidos ni quería imaginar cómo eran con falta de sueño.

—¡Agustin!.

El chico paro en seco al escuchar ese grito tan fuerte llamándolo, estaban tan perdido en sus pensamientos que ni cuenta se había dado de que ya estaba en la esquina del colegio. Levanto su mirada para poder ver quien lo estaba llamando, no se sorprendió al ver cómo una chica rubia de baja estatura iba hacia el con rapidez, casi corriendo. Tampoco se sorprendió ver que detrás de Coti venían Alexis, Juliana, Maxi el novio de Juliana y Marcos; la persona que menos quería ver.

—Cincuenta mensajes te mandamos, te llame como cien veces —Comenzó a reclamar con enojo la chica de ojos celeste una vez estuvo frente a Agustín. La mezcla de preocupación con la falta de sueño hacia que estuviese más alterada de lo normal. —¿Donde estabas? Pensamos que te había pasado algo —Exclamó bajando su tono de voz y abrazandolo.

El chico le devolvió el abrazo con fuerza mientras se arrepentía de su comportamiento la noche anterior. El dolor lo había cegado y lo llevó a actuar impulsivamente, y de manera egoísta. Sabía que no le costaba nada mandar un mensaje diciéndoles que estaba bien pero simplemente en ese momento no quería ni mirar el celular.

—Perdón —Fue lo único que atinó a decir al cortar el abrazo con Coti. —Me sentía mal, lo único que quería era volver a mi casa.

Explicó vagamente tratando de sacarle importancia a lo que verdaderamente había pasado anoche, y porque tampoco tenía muchas ganas de hablar sobre sus sentimientos frente a Marcos. No tenía ganas de contar lo que vio y que se arme un quilombo en el colegio, porque si, Julieta Poggio y Marcos Ginocchio era un tema del que todos hablarían y quemarian hasta el cansancio. Y ya tenía demasiado consigo mismo para tener que escuchar la opinión de los demás.

Encima el salteño lo consideraba su mejor amigo y hablar sobre el chape que vio, significaría romper la confianza del castaño y eso era lo que menos quería.

—¿Estás seguro de que no pasó nada más gordi? —Cuestiono Juliana con un tono cariñoso y maternal que tanto la caracterizaba.

—Mal Agus, no es normal que te hayas ido así sin avisar —Agregó el "Cone" con preocupación.

Un suspiro de cansancio se escapo de la boca del ojiazul, mientras pensaba en cómo escaparse de la situación. Apreciaba la preocupación de sus amigos pero lo único que necesitaba en ese momento era entrar al aula y sentarse en silencio, eso era lo que quería.

—Si che, no paso nada grave —Respondió Agustin comenzando a caminar hacia la entrada de la secundaria, si no tomaba la iniciativa el seguramente se quedarían un buen rato en la esquina interrogandolo. —Tendría que haberte hecho caso Juli, tomar esa jarra yo solo fue lo que me hizo sentir mal.

Agacho la cabeza y apuro sus pasos hacia la puerta, el silencio del grupo indicaba que no le creían nada y que sabía que algo más le estaba pasando. No tenía ganas de escuchar más preguntas ni aguantar las miradas de preocupación que le dedicarían, no quería nada de eso.

—¿Seguro estas bien? —Hablo esta vez Maxi, tocando su hombro y logrando que el chico de baja estatura los observará.

Paro en seco en el último escalón de la entrada y miro a los cinco con una sonrisa algo forzada pero que esperaba que funcionase para tranquilizarlos. Su mirada se cruzo con Marcos por primera vez en toda la mañana y supo que si se quedaba un segundo más se largaria a llorar, porque con el simplemente no podía fingir ni caretear lo que verdaderamente le pasaba.

—Estoy bien, tranqui —Replicó en voz baja, sus amigos apenas lo lograron escuchar.

Dio media vuelta y se adentro en el establecimiento, apurando sus pasos al escuchar el timbre que indicaba que la primera hora de clases ya había comenzado.

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Agustín frotó sus ojos con fuerza y se sento en la cama, tratando de despertarse al cien por ciento. Con algo de pereza estiro su brazo para poder agarrar su celular y ver la hora, necesitaba saber cuanto había durado su siesta. Prendió el aparato y no pudo evitar abrir sus ojos con sorpresa al ver la notificación que le acababa llegar.

Tienes dos mensajes no leídos de Marcos.

De inmediato su atención se centro en la ventana de la habitación y una agradable sensación invadió su cuerpo al ver que en la ventana de enfrente se encontraba el castaño saludandolo y señalandole el celular para que le responda los mensajes.

Marcos.
Hola Agus, no te vi a la salida hoy y cómo no volvimos juntos, no pude preguntarte esto en persona.
➤¿Estás bien? Te vi muy decaído, no se, no eras el agus de siempre.
21:56 p.m.

Agustin.
Hola Marcos, esta todo bien no te preocupes.
➤Estaba cansado y con un dolor de cabeza terrible, por eso capaz estaba raro hoy.
➤Pero tranqui que mañana vuelvo hacer el Agus de siempre.
21:58 p.m.

Marcos.
Siento que hay algo que no me estas contando, no es normal que te vayas a las tres de la mañana de una joda.
Más vos primo que te encanta todas esas cosas.
¿Sabes que podes contarme lo que sea, no?.
22:01 p.m.

El ojiazul leyo el último mensaje y miró de reojo la ventana, donde pudo ver a Marcos sentado en su cama con la mirada clavada en su celular. Se había quedado en blanco completamente por una pregunta que tenia una respuesta simple cómo un si o un no. Sabía que el era una persona muy confiable y Agustin pondría las manos sobre el fuego por el, así que no tenía problema alguno en contarle cada cosa que le causaba conflicto. Pero ahora la situación era diferente, podía contarle cualquier cosa menos sobre sus sentimientos por el.

Al sentir que estaba tardando más de lo normal en contestar, escribió la primera cosa que pasó por su mente.

Agustín.
Ya lo sé Mar pero te juro que no pasa nada grave.
Si de verdad me pasase algo, te lo hubiese contado en seguida.
Y vos sabes que eso es verdad, así que no te preocupes.
22:12 p.m.

Marcos.
Esta bien Agus, te creo.
Solo quería saber cómo estabas porque me preocupe mucho hoy por vos, pero me alegra saber de que estas bien.
Y espero que mañana si me esperes en la salida del colegio así volvemos juntos, me hiciste falta hoy.
22:14 p.m.

Una sonrisa boba se formó en su cara al leer el último mensaje, le había levantado el ánimo por completo y el salteño era el único que tenía ese poder en el. Le basto solo un mensaje de Marcos para que ese día de mierda que estaba teniendo mejorará, sólo el podía lograr que cambiase su estado de ánimo tan drasticamente.

Agustín.
Te espero mañana entonces,
así volvemos juntos.
22:15 p.m.

you belong with me; margus. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora