—Puede sentarse Guardis, pero la próxima clase espero que no ponga ni una excusa más.
Agustin asintió cómo respuesta y con rapidez fue a sentarse en uno de los bancos del patio, acatando la orden de su profesor. Estaba feliz de que su pequeña mentira sobre el fuerte dolor que sentía en su rodilla haya funcionado, y que hoy no tendría que hacer ejercicio cómo sus demás compañeros. Odiaba educación física, sentía que era una materia que no le aportaba nada importante en su vida, si tenía ganas de hacer ejercicio iba a un gimnasio y listo así de fácil. Por eso siempre buscaba alguna excusa para no hacer nada en esas dos horas, a veces funcionaban, otras veces no tanto pero hoy había tenido suerte.
Era una ventaja no hacer nada pero a la vez era muy aburrido. No quería arriesgarse a sacar su celular y ser sancionado por esa pelotudes. Así que no le quedo otra que distraerse con la actividad que más le gustaba hacer que era molestar a Coti. Se paro y comenzó a caminar hacia donde se encontraba el arco de handball que la rubia intentaba proteger lo más que podía. Empezó hablarle, a distraerla cada vez que una jugadora del equipo contrario se acercaba a ella, a darle indicaciones erróneas y lo que más hizo enojar a la "enana" cómo el la llamaba cariñosamente fue cuando alentó a las chicas de sexto a.
—Basta Agustin —Le grito Constanza tirandole la pelota de handball, que apenas pudo esquivar. —Córtala o voy y le digo al profe que estas molestando.
El chico de ojos azules le alcanzó la pelota y la abrazo mientras reía, abrazo que la rubia devolvió de mala gana pero que acepto porqué ella a veces también se ponía así de molesta, a veces hasta rozando la línea de lo insoportable. Salió de la cancha en donde estaban jugando, ya que las chicas empezaron a quejarse de que las estaba distrayendo.
En medio de disculpas se alejó y fue a sentarse, esta vez cerca de la canchita de fútbol, donde parecía que se estaba dando un partido muy reñido entre sexto a y b.
Su vista inconscientemente se posó en su vecino, a quien se lo notaba muy metido en el juego algo que no lo sorprendió demasiado. Marcos era una persona muy competitiva en los deportes, no exageraba cuando decía que su buen humor el resto del día dependía de un buen resultado en educación física. Odiaba perder y más si en el equipo contrario se encontraba Nacho Castañares, persona con la que el salteño no se llevaba nada bien. Para todos era un misterio el porqué del mutuo desagrado entre los dos, muchos decían que era por lo que paso en cuarto año con Julieta y otros decían que era por sus personalidades tan diferentes que chocaban constantemente. Agustin creía que el desagrado mutuo venía por otro lado, no creía que fuese ni por Julieta ni por sus personalidades. Había algo más que el todavía no llegaba a decifrar pero esperaba un día poder hacerlo.
—¿Me haces un lugarcito? —Cuestiono Nacho apareciendo de pronto, mientras sostenía una bolsa de hielo en sus manos.
Agustin se corrió un poco más para la derecha sin dejar de observar la enorme bolsa. Su preocupación creció al ver que el short de fútbol que tenía puesto el rubia estaba manchado de sangre.
—¿Que te paso?.
—Nada, el pelotudo de Hernandez que piensa que estamos jugando la final del mundo —Respondió con bronca Castañares, mientras apoyaba la bolsa de hielo en su rodilla. —Me dio una re patada en la rodilla cuando me fue a marcar, encima al pedo porque estaba a mitad de cancha.
El de rulos formó una mueca de dolor al ver el tremendo moretón que ahora adornaba la piel blanca de Nacho. Esa era otras de las razones por las que evitaba jugar a cualquier deporte en educación física: todos sus compañeros eran demasiado descuidados y nunca median su fuerza. Por elegía mil veces jugar con sus amigos los sábado a la tardecita en la misma canchita de siempre, antes que tener que jugar con Tomas y Thiago.
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you belong with me; margus.
Casualedonde agustin quiere que marcos se de cuenta que pertenece a su lado. escuela secundaria au.