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Acompañé a Amity a dejar las cosas hasta adentro de su enorme armario, dijo que escondía ahí las cosas porque no quería que su madre supiera que estaba en una banda. Su casa estaba oscura y silenciosa y el lugar era gigantesco.

–Creo que no hay nadie, no hay ni una sola luz prendida, ni si quiera la del estudio de mi madre

–Es tarde, tal vez estén durmiendo

Bajamos las escaleras con cuidado de no pisar mal y caer pues apenas veía.

Nos sentamos en uno de los alargados sillones de su enorme sala cuando terminamos de subir los amplificadores y su batería desarmada. No prendimos las luces porque simplemente se sentía más pacífico así.

–No a esta hora, además es sábado, mis hermanos aprovechan casi todos los fines de semana para ir de fiesta –me respondió después de acomodarnos.

–¿Y tus padres?

– Mi mamá... Ni idea, pero no está casi nunca

No mencionó a su padre pero no quise preguntar por qué.

–Vaya itinerario ¿No te aburre estar sola tanto tiempo?

–Estoy acostumbrada a estar sola en casa o con Boscha... –se distrajo por un segundo– Además, es mejor que no haya nadie nunca, me da paz mental

–Claro, entiendo

Amity empezaba a desconectarse de la conversación al momento que mencionó a Boscha y yo quería evitar eso a toda costa, el tema le estaba afectando más de lo que esperaba e inexplicablemente yo no deseaba que se sintiera así. Traté de distraerla de alguna forma.

–¿Quieres escuchar música? El silencio empieza a perturbarme

La música siempre era un buen distractor, sobre todo cuando tus propios recuerdos empiezan a atormentarte.

–Creí que te gustaba el silencio

–Así es, pero presiento que nos hace falta una dosis de mi playlist, el silencio a veces se vuelve aburrido

–Si es así entonces... Creo que tengo en mente algo más divertido que tu playlist de rock

Su mirada de auto compasión y preocupación se desvaneció por completo. Con convicción se paró del sillón y se acercó a unos parlantes que se encontraban a los lados de la pantalla plana de su sala. Se demoró menos de un minuto en prenderlos y conectarlos a su celular, antes de poner cualquier cosa me miró con una sonrisa burlona dibujada en sus labios y luego puso play. Los primeros segundos de la canción me costó procesarlos pero cuando Amity se acercó a mi moviendo sus hombros pude darme cuenta de que se trataba, había puesto tango.

Instintivamente me paré del sillón y ella de repente empezó a bailar enérgicamente a mi alrededor. Cohibida, solo pude mover un poco mis hombros y aplaudir al compás de la música.

–¡Vamos! ¡Baila conmigo! –tomó mis manos y me atrajo hacía ella.

Ambas quedamos inmóviles por un segundo, la fuerza con la que me había atraído hacía ella había hecho que nuestros cuerpos se pegaran. Sonreí.

–Bien –susurré.

Tomé una bocanada de aire y de mi se apoderó una confianza sin precedentes. La guié con unos paso cargados de fuerza y quedamos con los brazos estirados, ella agarrando mi antebrazo.

–No sabía que bailabas

–Hay mucho que no sabes sobre mi –tiré suavemente de su brazo para atraerla a mi en un giro.

Claramente no habíamos ensayado ningún tipo de coreografía así que nuestro baile era algo desastroso, pero aún así, de nuestras caras no se despegan unas amplias sonrisas.

(Cancelada) Your Heartbeat - Lumity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora