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Era un día lluvioso para la ciudad de Seúl. Las calles hacían ríos por toda el agua que se juntaba, las personas corrían por refugio, algunas otras estaban en sus casas con mantas encima y tomando alguna bebida.

Pero ahí estaba Soobin, maldiciendose y lamentando su existencia por el trabajo que había elegido.

No lo mal interpreten, le gustaba trabajar en esa cafetería. El problema era que lo estaban SOBREEXPLOTANDO, pues había gente por montones dentro de ese gran local. Parejas compartiendo postres y bebidas, familias teniendo un agradable momento entre sí, algunos jóvenes que iban saliendo de sus instituciones o trabajos, etcétera.

Lo peor de todo es que entre todo ese tumulto de gente se encontraba su crush de salón: Kai. Y no podía acercarse demasiado, pues a pesar de estar acompañado por algunos de sus amigos, él tenía que estar preparando, atendiendo y entregando pedidos.

"Maldito seas Na Jaemin, tenías que faltar justamente hoy por andar de hormonal con tu alfita"

Se quejó al recordar que solamente se encontraba él y otra Omega trabajando.

-Maldito sea Jaemin, ¿Por qué tenía que faltar hoy por andar con su alfita?

"Bien, yo lo pensé y tú lo dijiste"

-No lo sé. De seguro ahorita mismo se está revolcando en la cama con el alfa ese grandote.. ¿Cómo se llamaba?

-¿Jeno?

-Ahhh, el Vacío, ya me acordé.

-Sabes que te va a cortar los huevos si te escucha diciéndole así a su novio.

-Lo sé Arin, pero es divertido molestarlo con eso.

-Como sea.

No hubo más palabras en ese momento, solo se dedicaron a seguir atendiendo y preparando.

Ojalá esto acabe pronto.

[🎀🌷]

La hora de trabajo ya había finalizado. ¡Aleluya! Por fin podría llegar a su casa, darse un baño, meterse en su cama para ver sus kdramas favoritos y no salir de ahí hasta dentro de dos días seguidos.

Bendito sea el día libre.

Iba caminando con su compañera de trabajo cuando de repente sintió ese olor conocido, pero era muy... raro.

Tierra mojada y robles.

¿Un olor de un alfa? No, no podría ser. Seguramente estaba alucinando o es por el efecto de la lluvia de unas horas antes. Si, por supuesto que era eso.

No le dió más importancia y miró a todos lados, encontrando en una esquina una cabellera rubia que conocía muy bien. Una sonrisa apareció en su rostro y unos lindos hoyuelos adornaron sus mejillas rellenitas. No dudó en correr hacia él apuesto chico que lo miraba con detenimiento desde su lugar, olvidando completamente el intrigante aroma.

-¡Kai! ¿Qué haces aquí? Pensé que te irías a tu casa o con tus compañeros de hace rato. -comentó sin querer sonar grosero, solamente era curiosidad.

-Te estaba esperando. Toma, te traje estos chocolates que me recordaron a tí. Me dijiste que eran tus favoritos y bueno... -dejó la oración en el aire, subiendo sus hombros para que el pelirrojo supiera a lo que se refería- Y esto... Por favor, no lo abras hasta que llegues a tu casa, ¿Si? No quiero pasar una vergüenza. -dijo rápidamente mientras le entregaba un pequeño sobre color morado lila con un adorno de corazón en medio. -no había otro sobre, por favor no me juzgues. Ahora sí me tengo que ir. Nos vemos el lunes.

 𝗔𝗟𝗙𝗔 𝗡𝗢 𝗧𝗔𝗡 𝗔𝗟𝗙𝗔 » Kaibin «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora