El niño raro

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No hace falta decir que paso después... esta más que claro que llegó la policía, quede huérfana y mi custodia fue transferida al único familiar que se quería hacer cargo de mí, mi tía, la gran abogada Elisa Bail, ella aceptó quedarse conmigo y darme todas las comodidades que una niña de 4 años necesita.

Solo que ya no pienso como una niñita.

— Hola linda... mi nombre es Evan— dice el prometido de mi tía.

Yo solo lo miro sin hacer ningún gesto en particular.

Ya ha pasado una semana desde aquel suceso tan basto que por desgracia tuve que presenciar, todos han hecho lo posible porque trate de hacerme sonreír o distraerme.

¿Pero cómo sonreír cuando te rompen el corazón de una manera tan cruel?

¿Cómo veo la vida con felicidad cuando de un solo golpe me arrebataron todo?

¿Ustedes creen en los demonios que poseen a las personas?

Me parece muy divertido como hace una semana el tema de los demonios me daba miedo, pero ahora me siento poseída por uno, es como si estuviera vacía y mis pensamientos y acciones los controlara alguien más y yo solo me miro hacer las cosas a la distancia.

Los doctores están muy intrigados, ya que por mi edad no he demostrado ninguna emoción referente a la muerte de mis padres. No he llorado, no he gritado, no he entrado en pánico y mucho menos he mencionado algo referente al tema, ellos dicen que aún estoy en un estado de shock emocional y que aún no he asumido su muerte.

¿Pero quiénes son ellos para juzgar lo que siento?

No todas las personas actuamos igual y no todas reaccionamos igual. No todas asumimos las perdidas con las famosas 5 fases del duelo, Negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

No me negué, cedi, no me airé, respire, no quise negociar, entendí, no me deprimí, comprendí y acepte... pero acepte las palabras que mi mente me susurro cálidamente "venganza".

Porque solamente una persona mala tiene el poder de convertir un buen corazón en uno de piedra indestructible e intocable.

Creo que mi vida no será aburrida después de todo.

— ¿Puedo ir a mi cuarto?— mi tía y su prometido me miran y lego se miran las caras entre ellos y asienten al mismo tiempo.

Yo solo me levanto de la mesa y me dirijo a mi cuarto, cada día que pasa es una tortura, mi tía quiere siempre estar sobre mí y nunca dejarme sola porque supuestamente ella necesito mucho amor y cariño. Pero lo que realmente necesito es soledad... me gusta estar sola para poder pensar y leer sobre el comportamiento humano.

Pero mi felicidad no dura mucho, ya que escucho tocar la puerta y un <¿puedo entrar?> de mi tía, yo respondo con un simple y directo, sí.

Ella pasa y se sienta en la orilla de la cama color rosa, todo lo que hay en esta habitación es de ese color y me da náuseas tener que dormir aquí.

—Rachell, sé que todo esto ha sido muy difícil par ti y para mí también...— ella se seca las lágrimas y sonríe falsamente— Pero quiero decirte que mañana iniciaras clases en una nueva escuela, la doctora me sugirió que el que compartas con otros niños podría ayudarte a superar todo este caos.

— Está bien, gracias— ella me mira tiernamente.

—Rachell eres mi sobrina y sé que nunca le llegaré ni a los talones de lo que fue tu madre, pero quiero decirte que siempre estaré y te apoyaré en todo lo que necesites— me levanto y me siento a su lado.

Rachell (Libro II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora