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La adolescente estaba sentada en las sillas de aquel aeropuerto un tanto ansiosa, su pierna se movía de arriba hacia abajo con nervios a lo que su abuela rápidamente lo noto, dejando su mano encima de la pierna de su nieta intentando tranquilizarla.
— Te ira muy bien allá princesa, ya reserve un apartamento en un lugar muy bonito, y también irás a una escuela como antes— intento animar la mayor de edad a su nieta.
— Abue, no estoy nerviosa por eso, tu sabes que no me gusta la idea de ir sola, apenas y se como mantener una conversación, ¿Que pasa si me pierdo? ¿Y si digo algo mal o vergonzoso? —empezó a pensar nerviosa la chica a lo que su abuela se rio de ella haciendo que la menor soltara un quejido— No es gracioso Abue.
— Si lo es, jamás te había visto tan nerviosa —dijo la mayor con una pequeña sonrisa en sus labios— estaras bien creeme.
La adolescente miro dudosa a su abuela para intentar decir algo pero una voz la interrumpió.
Pasajeros del vuelo 3, esta a punto de salir.
Ambas se levantaron de sus asientos y la adolescente abrazo con cariño a su abuela, estando al borde de las lágrimas.
— Por favor no te metas en problemas princesa, recuerda que es un nuevo comienzo —hablo la mayor intentando no llorar.
La menor asintió para luego tomar sus maletas e ir corriendo hacia donde era la entrada de su avión, no sin antes darle un pequeño beso en la mejilla a su abuela.
Al entrar en el avión se sentó en su asiento que gracias a dios era al lado de la ventanilla y su asiento de al lado estaba desocupado, miro las afueras del avión con cierto nerviosismo, cerró sus ojos y pensó que esto era lo mejor, que al fin tendría un nuevo comienzo.
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La de cabellos negros caminaba por las calles menos habitadas del del centro de Seúl algo nerviosa, ni ella podía creer que en tan solo unas horas ya estaba totalmente pérdida y todo por seguir un perrito de la calle.
Miro la calle por donde estaba un tanto ansiosa, obviamente no reconocia para nada donde estaba por el cual simplemente caminaba con su maleta en mano sin rumbo alguno, esperando a encontrar a alguien que no estuviera fumando o que parecía que le robaria si se le acercaba.
