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La morena se miro nuevamente en el espejo, viendo como su uniforme, revisando que no tuviera alguna imperfección o algo parecido

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La morena se miro nuevamente en el espejo, viendo como su uniforme, revisando que no tuviera alguna imperfección o algo parecido.

A ella casi nunca le importaba lo que había en su ropa, una vez salió a la calle sin importarle que tenía una mancha de salsa en su camisa, blanca.

Pero ella estaba en Corea, y desgraciadamente para ella la apariencias eran muy importantes, por cualquier mínima cosa o acción la iban a denigrar.

Y la verdad era que ella quisiera mandarlo al carajo, pero le prometió a su abuela que no se involucraría en más problemas.

Miro el reloj de su teléfono viendo que aún era temprano para que empezarán las clases, pero ella ya quería salir de la casa. Le gustaba estar encerrada, pero igual ella se propuso empezar a cambiar eso.

La menor se sento en su cama empezó a guardar las cosas necesarias en su mochila, para luego salir de su cuarto no sin antes darle un golpe a su saco de boxeo.

Porque si, ella le gustaba el boxeo, o mejor dicho le gustaba todo de la lucha, pero lo raro es que también le disgustaba ver personas (y más si eran conocidos) pelear delante de ella, es una cosa rara que ni ella entiende.

Siempre se ponía a temblar de manera exagerada mientras que su respiración se aceleraba, se alteraba de manera extrema, haciendo que en ocasiones llorara.

Lo único bueno es que su psicólogo la ayudado a superar eso, ahora simplemente se pone nerviosa.

Una luchadora que no le gusta que alguien más pelée enfrente de ella, que irónico.

Salió de su apartamento tranquilamente mientras escuchaba música en sus cascos.

En esos momentos escuchar a Sia mientras caminaba por la calle sintiendo un leve brisa fría de la mañana la hacia sentirse relajada y la protagonista de un serie, o quizás de una historia.

Mientras caminaba, paso frente un Arcade viendo que este apenas se abría a lo que la adolescente no pudo evitar mirarlo al escuchar el ruido de la cortina de metal abriéndose, viendo un pequeño cartel que por lo que entendió decía: "Se busca empleado".

Ella miro al dueño y se acercó a el rápidamente para luego pararce frente a el señor con una sonrisa nerviosa, a lo que él la miro confundido.

— Buenos días señor... leí el cartel que pego en el vidrio y quería saber... si puedo trabajar para usted —hablo la chica intentando recordar las palabras correctas al hablar.

El señor la miro dudoso, se notaba a lenguas que era extranjera por lo que no estaba seguro, además de que era menor y sabía que le podría ocasionar, problemas.

— Mmm no lo se niña... Me gusta tu espíritu para trabajar, en estos tiempos hay muy pocos como tu... Pero no se si puedas comunicarte bien con los clientes —hablo con cierta duda.

°•~ 𝐏𝐀𝐈𝐍~•° | 𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐒𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora