Golpes y Realidad

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Un fuerte ruido y unos gritos lo sacan de su pensamiento. Se asoma a la ventana, y ve como la policía saca a empujones a Louis de su frágil refugio. Ve cómo rompen los cartones y rompen sus mantas. Lo demás lo tiran a la basura, mientras le dan dos golpes con un horrible garrote, dejándolo tirado en el piso. Un grito de horror escapa de sus labios, mientras sale disparado hacia el lugar.

Cuando llega, los policías ya se han ido. Sólo puede ver el pequeño cuerpo cubierto de sangre, mientras escucha ligeras maldiciones. A pesar de la urgencia de ayudarlo, es primera vez que hace la conexión con que Louis no parece alguien que viva en la calle. Está limpio, su ropa es buena, huele incluso muy bien. Es educado. Un misterio, justo lo que le faltaba a su vida.

Sacude su cabeza para arrodillarse y ver cómo ayudar.

"Louis, vamos, necesitas que te cure las heridas"

"Tú otra vez... Gracias a Dios"

"¿Qué pasó?"

"Es ilegal dormir en la calle, y alguien me denunció"

"¿Y por qué te pegaron?"

"Tal vez... ¿los insulté? Sólo un poco"

"No sé por qué no me extraña ¿Puedes levantarte?"

"Mierda, vas a tener que cargarme"

Se quedaron mirando. Eso sonó ligeramente incómodo.

"Era broma"

"Está bien, puedo hacerlo"

Con una delicadeza extrema rodeó con sus largos y fuertes brazos el adolorido cuerpo. Louis, por más que intentó no acurrucarse, no pudo evitarlo. Harry emanaba un calor distinto a los que conocía, que lo invitaba a mantenerse cerca, a echar raíces en ese corazón que latía tan fuerte que resonaba en su propio pecho. Su olor entró por su nariz de botón, grabándose en su cerebro, desparramándose por cada célula. Era el lugar más cómodo del mundo, de eso no tenía dudas. Por si acaso, fingiría más dolor del que sentía, tal vez así podría disfrutar de ese contacto por más tiempo.

Llegaron demasiado rápido.

"Lo siento por el desorden"

"¡Hey! Estaba durmiendo en la calle, esto es como un palacio"

Lo dejó sentado en la única silla del lugar, mientras sacudía, ordenaba la cama, recogía la basura y la ropa sucia. Cuando terminó, lo acostó suavemente y le acomodó las almohadas. Los dos se veían bellamente sonrojados, sin saber por qué.

"Vas a tener que esperarme, no tengo un botiquín, pero la vecina puede tener. No me demoro"

Louis lo vio salir y se entretuvo mirando la habitación. Era pequeña, pero acogedora. Alcanzaba a ver la bonita tina en el baño, le encantaría sumergirse en agua muy caliente que le ayudara a olvidar, aunque fuera un poco, toda su rabia, y que calmara todo ese frío que lo tenía al borde de la locura.

Recordó al dueño de sus pesadillas. Sam, su novio por dos años. Lo había amado más que a nadie, le entregó lo que a nadie más y todo fue en vano, a cambio recibió sólo desdicha. Su novio tenía una relación paralela, y, además, lo estafó con todo lo que tenía. Todo lo que había conseguido en base a su esfuerzo y duro trabajo, desapareció en manos de ese infeliz.

Tuvo que trabajar desde los quince años, porque su papá los abandonó. Su mamá trabajaba por turnos, pero no alcanzaba para mantenerlo a él y sus dos hermanas. Sacrificó su tiempo entre cargar sacos de harina, limpiar baños o ser mesero, junto con sus estudios. Pese a todo fue el mejor alumno de su escuela, lo que le permitió ganar una beca para la universidad, y poder cumplir sus sueño de estudiar ingeniería. Algún día podría mantener a su mamá, y mimarla por todo lo que les dio.

Love Again, History Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora