Capítulo O1

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En esta historia habrá contenido sexual explícito y alteración de alturas por lo que nuestro Minnie será más alto que Kookie. Ojito 👁️

Lo aclaro porque hay personas a las que no les gusta eso. Pueden retirarse en el caso que no quieran leer sobre ello.

Weno, ¡disfruten su lectura! <3



JiMin tomó un leve trago del vaso de cristal que contenía alcohol de alto porcentaje y lo agitó con parsimonia de forma distraída. De reojo vio como una hermosa Omega se sentaba a unos cuantos metros de su asiento, en la barra de aquel popular bar de cinco estrellas en Seoul, al que visitaba con frecuencia cuando sus noches eran solitarias y sin trabajo por terminar. La joven omega mostraba un hermoso cabello negro, lacio, corto a la medida, perfectamente una ulzzang. Le tiraba miradas coquetas y sugestivas al notar su presencia, que le brindaban una invitación muda a conocerse. Él contestaba las mismas sonriendo complacido y tomando seductoramente de la bebida entre sus manos. Le estaba gustando bastante el juego entre ambos.

─Una Margarita para la señorita por favor─. Ofreció unos cuantos billetes al bartender, con discreción señaló en dirección a la omega que se encontraba distraída buscando algo entre su bolso.

La mujer se vio sorprendida al recibir la bebida y escuchar al beta mencionar que iba a cuenta de su parte, JiMin le sonrió al momento de encontrarse con su mirada. Pasaron unos minutos más entre más sonrisas cautelosas y un par de tragos a sus respectivos vasos, hasta que la Omega se levantó y se acercó con disimulo llevando consigo la bebida.

─¿Puedo sentarme?─. Sugirió con una voz dulce y un toque de timidez que contrastaba con su sonrisa sensual mientras señalaba el asiento a su lado.

─Claro─. Replicó JiMin comiendo con la mirada las piernas ajenas, era muy fan del cutis con tez nívea. La joven parecía disfrutar de la atención del alfa, de tal modo se sentó lentamente disfrutando de la curiosa mirada.

─¿Se puede saber qué hace un...? ¿Alfa?─. Entre viendo a JiMin y oliendo su alrededor, preguntó confundida. Y ahí estaba de nuevo, otra Omega más...─. ¿Por qué hueles a rosas? ¿Eres un Omega? ¡Pero si luces como un alfa!

Y es que lo era. JiMin era un alfa. Lucía exactamente como uno y era porque claramente era uno.

Cuando llegó su primer celo toda su familia creyó que sería un Omega por su sutil olor a rosas, particularmente dulce y suave como la misma flor, a pesar que fuera algo muy poco probable aunque nunca imposible por la genética (Sus dos padres eran alfas la probabilidad de ser un alfa puro era muy alta). Pero curiosamente al ver que en ninguno de sus celos siguientes tuvo la necesidad de meter algo entre sus piernas para satisfacer sus necesidades más primitivas y recibir atención en su culo, al contrario, quería meter su polla en un lugar caliente y apretado, JiMin supo que algo andaba mal. No quería llamar a un alfa, su lobo interior se movía cuando sentía el olor de un Omega cerca, no tenía duda de ello. Confiaba en su instinto al igual que en su lobo. Siempre lo hacía.

smell › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora