Extra O1

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─Quiero meter mi gran polla en tu redondo y apretado culo, omega.

Jungkook sintió como lo despertaban con un ronco susurro muy cerca de su oído y algo aparentemente duro topando contra su trasero.

─¡JiMin, son como las jodidas seis de la mañana!─. Jungkook sentía que sus mejillas explotarían en cualquier momento, no sabía si era por rubor de la vergüenza o de enojo. Comprendía completamente lo que el alfa quería a esa hora, pero había arruinado sus preciadas horas de sueño y que forma de despertarlo, con dicha frase conmovedora de buenos días. JiMin no mentía cuando decía que su lobo era un vulgar sexual de primera al alcanzar su celo cada tres meses. Puede que fuera virgen, pero eso no quitaba que supiera lo que quería. Tenía 27 años, era normal.

El celo de su ahora actual pareja había llegado y con él, unos insaciables deseos de fornicar. El lobo de JiMin era un depravado hambriento de sexo que volvía al lobo de Jungkook un niño en feria.

Ambos humanos llevaban un año de salir juntos y hasta la fecha no habían tenido ningún celo en donde pasaran a mayores, solo una que otra mamada para JiMin y dedos del alfa para Jungkook (tenía una preferencia por los dedos gordos y hermosos del mayor que una mamada del alfa), pero a cada celo que pasaban era más difícil planificar una cena romántica que terminara en un acto tranquilo para sus vírgenes e inexperimentados cuerpos, que tener relaciones sexuales desenfrenadamente en el primer lugar útil que se les pusiera al frente. Y no era como si les desagradara la idea de tener mucho sexo duro por varias horas hasta cansarse y sudar sin parar, estaban de acuerdo que lo tendrían, pero primero querían un dulce encuentro para conocer sus cuerpos mutuamente y disfrutar de su sexualidad conscientemente. Ya luego harían el Kamasutra completo si así lo querían.

─Kookie déjame meterla, solo un poco─. Suplicó el alfa con una sonrisita coqueta apretando el trasero del menor con una de sus escurridizas manos. Estaban acostados en forma de cucharita, por ello JungKook podía sentir la palpitante hombría pegarse.

─¡Cállate! Eso dijiste la última vez y terminaste ahogándome la garganta con semen. No quiero ni saber qué pasaría si te dejo meterla por otro lado. Tengo 27 años, aún me considero joven para un cachorro─. Aunque lo dijera con fingido enojo, Jungkook sabía que en el fondo le encantaba la manera dura de follar su boca de JiMin durante sus celos. Era como si no pensara en nada más que éxtasis de ver a su pareja saciar sus impulsos.

Al no escuchar respuesta, el menor se separó del alfa, quien se quedó acostado en la cama con una de sus manos sosteniendo el bulto bajo su pijama y observándolo intensamente. Caminó directo al baño para tener de sus necesidades y poder lavar su dientes, importándole poco cómo había un lobo hambriento esperándolo afuera.

A su regreso a la habitación, se encontró al mayor en la misma posición donde lo dejó con el único detalle que no tenía pantalones puestos, solo boxer. Se acercó y se sentó cerca del contrario.

─Entonces traga mi polla, Omega─. El alfa le miró seriamente tomando su cabello por detrás para darle un beso bastante húmedo, con sus lenguas juntándose a más no poder. Al separarse por el fuerte chasquido, Jungkook suspiró deseoso de mamar su polla, con solo ese beso se había excitado lo suficiente para tirarse sobre sus rodillas por cuenta propia, siguiendo la feroz mirada del alfa desde arriba y luego observando la enorme polla de JiMin sobresalir de su bóxer. Sintió como se juntaba saliva en su boca. Cuando el pelinegro lo dejó salir, el omega se acercó un poco más para acariciarlo y luego metió todo el falo de un solo escuchando el grave gruñido que soltó JiMin. Luego su boca se movía sola gracias a que el alfa guiaba sus movimientos, para hacerlos más frenéticos.

Debía darle supresores una vez que terminara, el delicioso olor a rosas se sentía por todo su cuerpo.



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smell › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora