Extra

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Esa noche estrellada no sería olvidada por la chica de ojos rosados, por más tiempo que pasara.

«¿Realmente quiere cuidarme?» pensó por décima vez ese día lluvioso de clases.

Aunque vivían a una ciudad de distancia, desde la promesa de ese día Hakuji había ido hasta su casa para acompañarla hasta el instituto.

—Realmente me tranquiliza saber que la acompañas —había dicho Keizo, el padre de Koyuki luego de dos días asistiendo a su ayuda.

Luego de oirle decir eso, la jovend e ojos rosados empezó a pensar seriamente acerca de la relación que su padre y su compañero tenían.

—Hakuji-san.

—¿Mm?

Él la miró rápidamente luego de que ella lo llamó, extendiendo su mano por si algo iba mal, ya que estaban bajando las escaleras que tenían que subir para llegar a su casa.

Ella rio suavemente, pero acepto cortésmente el ofrecimiento.

—¿Cómo conociste a mi papá?

Una vez bajó el último escalón, perguntó.

La persona que iba a su lado la miró un momento, luego empezó a relatar su historia.

—Lo conocí antes de que papá muriera. Me ayudó bastante con las medicinas que él necesitaba, pero aún así fue muy tarde y murió. Al no tener más sitio a dónde ir terminé alquilando un pequeño apartaestudio cercano al colegio y fue el viejo quien me ayudó los primeros meses mientras encontraba trabajo.

—Aunque papá nunca me habló de ti.

Ella caminaba por la corta acera de la calle mientras Hakuji transitaba al lado de esta, por la carretera, acto que le permitía a Koyuki estar más a la altura de su acompañante.

Pero ante sus palabras, Hakuji hace una mueca extraña.

—Eso también me pareció raro. Nunca me habló de ti en los dos años que lleva instruyéndome, tampoco surgió la necesidad de ir a su casa nunca.

—Fue una gran sorpresa.

Ambos compartieron una risa, luego de lo cual proceden a caminar en silencio

La distancia entre la casa de Koyuki y su instituto era de algunas decenas de minutos, teniendo que tomar tren y caminar una buena cantidad del tramo; transcurso que les permitió ir conociéndose entra más tiempo compartían de ida y vuelta.

Hasta que llegó el dichoso día de la actuación.

—Su relación mejoró bastante ¿verdad?

Kanae les sonrió muy cariñosa a ambos.

Aunque a ninguno les pareció rara su sonrisa, lo cierto era que fuera tan cariñosa... la hacía sospechosa.

En un intento de entender por qué estaba así, Hakuji miró hacia su amigo albino, pero tan pronto lo miró, él huyó poniendo alguna excusa rara.

«¿Qué pasa?» pensó preocupado, esperando que Kanae les dijera algo.

Aunque extendió su charla de manera natural, Hakuji ya sabía que había algo mal.

—Oh, y luego de hablar con Shinjuro-sensei y los demás llegamos a la conclusión de hacer un pequeño cambio de papel de último momento.

Kanae sacó un bolígrafo y se acercó al guión de Koyuki, quien en su vasta inocencia le cedió sin problema.

Y cambió el último párrafo en que ambos interactuaban.

—Ya no va a ser "se miran, ella lo abraza y se aleja mirándolo con tristeza", va a ser... "se miran, ella lo besa y entre su aturdimiento, lo abraza y se aleja mirándolo con gran tristeza".

Ella parece frágil - HakuKoyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora