Después del encuentro con Trhea, Rywell encendió las velas de que tenía y ya no hubo tanta oscuridad como hace un rato, se descolgó las armas que traía y se desvistió quedando en camisa y pantalones. dejo la carta encima de una mesa pequeña y encendió el fuego. se sentó en su cama y observó la carta en silencio.
Se decidió y tomó la carta y leyó.
Nuevas ordenes
Gadric Loasstrys.
Leery triantafylla.
Encontrar y capturar viva a Yizmei Vidhare, una vez completado deberá ser escoltada hacia el palacio.
Los asesinatos deberán ser limpios, sin cadáveres ni pruebas que apunten al rey, al regresar al palacio tendrá que mostrar evidencia de que los asesinatos fueron llevados a cabo.
Eso era todo no parecía muy difícil, Rywell se estiró y llevó la carta al fuego y la quemó solamente le intrigaba Yizmei -porque no enviaron a los rastreadores- se preguntó.
Mientras prepara una comida rápida con unas hogazas y un poco de mermelada empezó a pensar por dónde comenzaría a investigar a los primeros dos Loasstrys y Triantafylla supuso que empezaría preguntando en tabernas a los borrachos, ellos siempre hablaban de más.
Decidió subir al tejado y observar las estrellas las que le generaba calma, la misma calma que genera una madre cuando canta, -soltó un suspiro de alivio- se sentó y pasó un tiempo observando el cielo y escuchando conversaciones de las prostitutas que se amontonaba detrás de la casa en la angosta calle.
En su experiencia eran la mejor fuente de información por un par de monedas, pero ahora solo escuchaba hablar sobre algunos robos y quejas sobre los precios nada que llamara la atención, salvo por uno intentó aislar la conversación y escucho.
-Gritos, y extrañas luces están sucediendo van dos noches ya- un escalofrió le recorrido el cuerpo
-los he escuchado también, gritos que no son humanos- Respondió la mujer
Rywell se dispuso a bajar para hablar con ellas, parecía una buena información y sobre todo tenía curiosidad.
-no pude evitar oír la conversación que tenían, ¿podrían decirme más acerca de ello? - dijo sacando unas monedas de oros del bolsillo
-claro amor también puedo ofrecer otras cosas- le respondió una de ellas tomando las dos monedas.
-solo la información- le dijo en tono bajo y sereno
-hace algunas noches se escuchan unos gritos que vienen del palacio, seguido de unas luces color rojas los gritos que se escuchan son de cualquier cosa menos humanos-
- ¿menos humanos? - preguntó Rywell - ¿Cómo se escuchan? - no espera que respondiera a eso, pero no perdía nada con intentar.
Las dos mujeres se vieron entre sí y hablo la otra -se escucha rumores sobre demonios, demonios partidos dentro del palacio- rio de forma nervios y mirando a Rywell
- ¿¡demonios!? eso es bastante improbable- se susurró a si mismo -algo más que puedan haber llegado a escuchar- le hizo un gesto hacia su bolsillo
-lo sentimos cariño, pero es todo- negando con la cabeza -pero si gustas pasar una buena noche podríamos ir contigo- le dijo en tono seductor
-estoy bien gracias- y se marchó de nuevo a la casa.
una vez en su casa de nuevo empezó a pensar lo que dijeron las prostitutas, había visto demonios en los libros en su mayoría de mitos y leyendas, nada cercano a la realidad seguramente sea un simple rumor pensó, pero la idea era escalofriante, tendría que investigar esto también.
Debería investigar el palacio, pero si levantara sospechas sería problemático sobre todo después de recibir sus órdenes, así que decidió completar su misión y luego investiga el palacio desde dentro.
Se termino quedando dormido antes de darse cuenta en su cama.
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El bosque rojo
FantasyHace tiempo, en un bosque de milenios, el cual quedo totalmente destruido y gobernado por presencias malignas, invisibles o ¿no?. Los habitantes de ese lugar tuvieron que huir, hasta que los demás reinos descubrieron que podían hacer algo especial...