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Niños la boda de P.J. y Everett resultó ser un fin de semana que nos cambió la vida a los cuatro... Bueno cinco pero ya llegaré a eso.

En ese momento me encontraba en la carretera con su tía, creerán que fue algo divertido o pacífico incluso ambas, spoiler no fue así, por lo menos después de un tiempo de estar viajando.

Sinceramente viajar tanto con su abuelo en carretera cuando era más joven me hizo mal, digamos que me desviaba un poco para ver atracciones turísticas y esto a su tía no le gustaba mucho que digamos.

Recuerdan esas paradas que hacíamos cuando viajábamos, lo admito, culpaba a su padre por esas paradas pero yo apoyaba esas ideas, una que otra se me ocurría a mi, recuerdan como se quejaban, Everett lo hacía igual.

Everett: –Max, dime que esa ya fue la última parada innecesaria, por favor– era la tercera parada a una atracción turista en la que se detenían.

Max: –Si miraras el mapa que te di, creo que podrías responderte sola– si esa respuesta solo hizo que la chica supiera lo que significaba, no era la última parada.

Everett: – Soy paciente, pero sinceramente la paciencia se me está agotando– se frotó el puente de su nariz para intentar relajarse, los toons que podían sacar a la chica de sus casillas se podían contar con los dedos, Max se iba a convertir en uno de ellos si se volvía a desviar.

Max dió una media sonrisa con aires de maldad, al frente había un desvío, dió un pequeño vistazo a la chica que venía de copiloto que intentaba tranquilizarse y recuperar la paciencia, el venía de conductor el tenía el poder de decidir a dónde ir posiblemente se arrepentiría después pero que más da.

Giro el volante para tomar la desviación, podía sentir la mirada de la chica como la bomba había estallado, lo curioso no se arrepentía de nada.

Everett: – Por qué estamos saliendo del camino otra vez? – definitivamente su voz ya sonaba molesta.

Como si fueran hermanos de verdad a Max se le ocurrió seguir molestando a la chica, la cual parecía querer estrangularlo.

Max: – Bueno, si revisas el mapa encontraras "Molinos de viento menonitas"– definitivamente esto ya era una pelea de hermanos.

Esa fue la gota que derramó el vaso, la chica de la boina suspiro pesadamente.

Everett: –Se acabo, hay una estación de tren cerca, déjame ahí– se notaba que iba en serio.

Max: –Bueno, pero un tren no se va a detener en la mantequera de doce metros de altura en Ronkonkoma– si la chica iba en enserio el también.

Everett: –Si, pero a diferencia de cualquiera de tus paradas del siglo dieciocho, el tren tendrá un baño del siglo veintiuno– no se iba a dejar vencer por el chico.

Paso una media hora y ninguno hablo, se estaban aplicando la ley del hielo mutuamente y ninguno tenía planeado doblar la mano, pasaron cinco minutos y llegaron a la estación del tren, Max se estacionó, la chica bajo del auto no se molestó en bajar nada de la cajuela sabía que el chico no era capaz de obligarla a llevarse sus cosas y menos ella sola.

La chica se acercó a la ventana del auto, dió un suspiro de derrota, no quería dejar así a su amigo.

Everett: –Nos vemos en el hotel, tu ganas por cierto ya puedes hablar– se separó de la ventana del auto para caminar a donde estaba la cabina para pedir su boleto.

Max solo pudo ver a su amiga como se perdía entre la multitud, dió un suspiro pesado no esperaba que esté viaje acabará así, encendio el auto para reanudar el viaje que continuaría solo.

How I Met Your Father (Yax)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora