Capítulo uno: "Sinfonía de gruñidos."

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TW: Descripción de escenas violentas, lenguaje vulgar.

Quizás esperaban una actualización de Wicked Game, pero esa aún no está lista. LO ESTARÁ. Pero aún no, la universidad me tiene todo el tiempo ocupado y voy de a poquito.;;;

Lxs extraño mucho, les dejo esta cosita como recompensa.

¿Sabían que las células procariotas solo tienen un cromosoma, mientras que las eucariotas varios?

Pues yo tampoco, vámonos con el capítulo.

Aemond sabe muchas cosas: que es un Alfa, como toda su familia desde su padre hasta su hermano menor, que es un ladrón, y que tiene un espectacular y completo control sobre si mismo

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Aemond sabe muchas cosas: que es un Alfa, como toda su familia desde su padre hasta su hermano menor, que es un ladrón, y que tiene un espectacular y completo control sobre si mismo. Se enorgullece de eso.

Aemond también sabe que solo hay una persona que lo supera cuando se trata de robos, y es su tío, quien lo odia. ¿Tiene motivos? Sí. ¿Buenos motivos? Sí. ¿Aemond comenzaría a cavilar sobre ellos cuando está a punto de ser asesinado? No.

Aemond sabe, finalmente, que su destinado es un ladrón hijo de perra, y que va a matarlo.

Necesita matarlo, porque esa será la única manera en la que podrá deshacerse de los constantes y atronadores pensamientos que invaden su mente cada vez que se encuentra con sus ojos castaños. Ese susurro instintivo que resuena en sus oídos, deseando comunicarse con él, pero no con él, sino con la voz que también debe atormentar a Lucerys. 

»Soy tuyo, tu Alfa. Escúchame. Mírame.«

Pero Lucerys no responde. Jamás le responde. Desea saber si esa voz que él mismo proyecta se sentirá como una caricia o un golpe, si será la misma que Lucerys posee, si será otra, si de alguna forma retorcida lo corresponderá. Aemond sabe que, sea lo que sea, va a odiarla.

Porque Lucerys Velaryon es todo menos el ser con quien pensaría en tener una vida, y Aemond definitivamente no siente remordimiento por los golpes o los insultos que le dedicó. Lo haría de nuevo mil veces y las mil veces disfrutaría de ese olorcillo a miedo y el sutil aroma a sangre.

Aemond casi lamenta que Lucerys no sea un Omega, y que su voz pueda ser tan fácilmente rechazada, porque él disfrutaría aún más viéndolo bajar la cabeza y obedecer.

Y en ese instante Lucerys quizás acabe con él primero, y Aemond no se puede quejar porque él tiró y tiró y Lucerys terminó cediendo.

Su aroma lo envuelve, es amargo y peligroso, café quemado inundando sus fosas nasales hasta el grado de poner en riesgo su cordura. Es la primera vez, piensa, es la primera vez que Lucerys se desata de esa forma. Antes él solo se había defendido, en ese instante él ha atacado. Lo golpea con palabras, lo golpea con su cuerpo, y lo golpea con sus feromonas.

Es ese olor, ese cosquilleo en su nariz lo que despierta al animal habitualmente dormido dentro de él. Acaba de abrir los ojos, ambarinos y turbulentos, y todo lo que puede ver es a Lucerys encima suyo, gritándole, golpeándolo, marcando involuntariamente su ropa.

Wicked World [Lucemond] [HOTD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora