Capítulo 4 - Pesadillas en la cabaña

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Después de pasar unos días en la cabaña con el hombre misterioso, empecé a tener extraños sueños. En ellos, veía a una figura oscura y amorfa persiguiéndome por la isla, siempre justo detrás de mí. Me despertaba en plena noche sudorosa y temblando, con la sensación de que algo maligno estaba cerca. El hombre misterioso parecía notar mi agitación y un día me preguntó si quería hablar de mis sueños. Le conté lo que veía y él frunció el ceño, como si estuviera preocupado. "Esos sueños son una advertencia", dijo. "Hay algo o alguien en esta isla que no quiere que te vayas. Debes tener cuidado y estar alerta". Intenté hacer caso a sus advertencias, pero era difícil no sentirme vulnerable y asustado cuando me quedaba solo en la cabaña. A veces, incluso tenía la sensación de que algo o alguien me estaba observando desde fuera, esperando a atacar. Traté de no pensar demasiado en ello y me concentré en encontrar una forma de salir de la isla. Pero por más que buscábamos, no encontrábamos ninguna pista o indicio de cómo hacerlo.

Un día, mientras recogía leña para el fuego, tuve una idea. Le pregunté al hombre misterioso si podía enseñarme todo lo que sabía sobre navegación y sobrevivencia en el mar. Él asintió y empezó a enseñarme todo lo que había aprendido durante sus años en la isla. Aprendí a construir una embarcación, a encontrar comida y agua en la naturaleza y a usar las estrellas para navegar. Pero a medida que pasaban los días, mi sensación de que algo maligno estaba cerca se intensificó. Empecé a tener más sueños terroríficos y a sentirme seguido. Una noche, mientras dormía, desperté sobresaltado por un ruido fuera de la cabaña. Salí a investigar y vi una figura oscura y amorfa que se movía entre los árboles. Grité y huía de vuelta a la cabaña, cerrando la puerta con llave detrás de mí.

El laberinto oscuro se convierte en una isla maldita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora