𝗗𝗲𝗮𝗱𝗹𝗶𝗻𝗲 𝗢𝗻 𝗟𝗼𝘃𝗲 || MoonSun (𝐺𝑖𝑝)

Capítulo 23

Se sentía como si debiera tener un cigarrillo mientras se apoyaba contra el árbol y observaba a Moonbyul mirar fijamente el embravecido mar. Lo mejor que podía hacer era respirar profundamente cada vez que Moonbyul daba una calada al suyo, consumiéndolo hasta el filtro antes de enterrarlo en la arena.

Quería ir con ella, colarse entre sus piernas y recostarse contra su pecho, pero... estaba asustada. Estaba aterrada de que Moonbyul le rechazara; que la apartara y le dijera que no la quería allí. Si lo hacía no sabía lo que iba a hacer.

Por lo tanto, observaba.

Para cuando el humo del tercer cigarrillo se extinguió, se había sentado en el suelo, apoyada contra la áspera corteza del árbol. Enfocó de nuevo sus ojos cansados, no quería perderse ninguna imagen de Moonbyul dado que podía ser la última vez que podría verla antes de que le llevaran a casa.

— No muerdo.

Su cabeza se disparó al oír las palabras de Moonbyul y sus mejillas ardieron. Atrapada. Moonbyul debe haber sabido que estaba allí desde el momento en que llegó, y había estado a la espera de que se acercara, o dijera algo, cualquier cosa.

Torpemente, se puso en pie, no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de hablar con Moonbyul. Caminó por la arena y trató de averiguar lo que iba a decir después de haber olvidado todo lo que había ensayado de camino.

— Hola. — Bien, era tonta, pero al menos era un punto de partida, ¿verdad?

— Hola. — respondió como si nada, y Yongsun la odió un poco por eso, por su respuesta casual, como si esto no fuera difícil para ella en absoluto.

Sentándose a su lado, pero manteniendo una distancia respetable entre ellas, le fulminó con la mirada ligeramente. ¡Vamos cerebro, piensa!

— ¿Cómo está Taehyung? — preguntó Moonbyul, sus ojos fijos en las olas rompiendo cerca de sus pies.

Cabeceó, contenta de que Moonbyul hubiese empezado la conversación, pero deseando que le mirara para poder leer lo que estaba pasando en su cabeza.

— Está bien. Tenía una conmoción cerebral, pero los médicos lo dejaran marchar esta noche. — le informó. La urgencia burbujeaba en su sangre y espetó — Nos vamos a casa mañana.

Moonbyul asintió, como si ya lo supiera. — Probablemente es lo mejor, llevarlo a casa, donde se siente cómodo.

— Por el amor de Dios, Byul, ¿puedes mirarme? — suplicó Yongsun, desesperada por algún tipo de respuesta, pero Moonbyul suspiró, sacó sus cigarrillos del bolsillo y levantó su mechero para encender otro.

En un movimiento rápido, Yongsun giró la mano y arrebató el cigarrillo de la mano de Moonbyul, casi abrasándose con la llama.

— Hey. — protestó, y finalmente sus ojos se encontraron.

— ¿Escuchaste lo que dije? — presionó Yongsun. — Me voy a casa mañana, mamá y papá están hablando de no volver aquí, de vender la casa.

Los ojos de Moonbyul eran duros y envió una sacudida de dolor al corazón de Yongsun.

— Como he dicho, es lo mejor. — dijo Moonbyul con calma antes de apartar la mirada de nuevo.

A Yongsun le costó todo lo que tenía no levantarse y marcharse en ese momento, para alejarse del dolor de estar con Moonbyul pero no estar con ella. Apretó los puños y contuvo el aire cargado de sal en sus pulmones, calmándose antes de hablar.

— ¿Has presentado cargos contra tu madre y tu padrastro? — preguntó, había estado desesperada por saberlo, rezando para que Moonbyul hubiese hecho precisamente eso, y que esos desechos humanos fuesen a pagar por lo que habían hecho.