❦[De las mil veces en que te amé.]❦ [Kaeya x Albedo]

『••✎••』❦ Capítulo II ❦『••✎••』

❦Kaeya Alberich❦

— Y aquí me encontraba una vez más dándole vueltas a la misma situación repetida, podía decir que llevaba poco tiempo en esto quizá fuese un pequeño aliento de fresco alivio que acariciaria mi mente y corazón, pero sería una banal mentira ya que con hoy eran ya cuatro días desde los que no podía dejar de pensar en aquella figura masculina la cual parecía perderse entre mis pensamientos tal cual como el día aquel que se perdía entre la fría ventisca helada de la nieve a la distancia,era innegable para mí también el decir que no era notoria mi situación quizá era mi apariencia lo que me delataba colocaba menor esfuerzo ahora en lucir presentable, mis ojos siempre estaban decaídos mirando con fijeza el piso, mis cejas se empeñaban en ir hacia abajo obligandome a fruncir el ceño,mis labios ahora eran una sombra de lo que fueron estando siempre descarnados al morderles de tanto pensar, si quizá era mi apariencia mi despeinado cabello podía ser también pero más delatable era la plasmada melancolía de mi mirada, los letargados suspiros que salían de mis labios deseando que en uno de estos tantos mis preocupaciones desaparecieran. —

— Me dejé recargar sobre aquel ventanal que crujió severamente por el peso que ejercía mi cabeza y hombro posteriormente sobre él, con algo de suerte este no se haría añicos eso pensaba,el resto de mi cuerpo descansaba sobre el escritorio de trabajo que hace un día o dos opté por colocarlo cerca de dicho sitio usándolo como banco de descanso para ver las entonces parejas que todas las tardes pasaban sus días de felicidad, entonces ahí nuevamente me pregunté ¿qué es el amor?, pregunta aquella que me la hice durante toda la vida pero ahora parecía más que una faena imposible por más que miraba a esas parejas no obtenía calma de mis dudas no acababa con ese vacío que carcomía mi corazón bajando hasta mi estómago para crear un profundo dolor que pinchaba de forma repetitiva,suspiré melancólico una vez más admirando entre pestañeos el exterior subiendo un poco más mi mirar hacia el pico de aquella Sima helada, mis piernas deseaban correr hacia ella, mis manos nuevamente poder estar cerca de tocar las suyas, mi corazón ansiaba de nueva cuenta esa sensación de estar por salirse de mi pecho, pero todo eran simplemente ideas descabelladas. —

—; Deprimente es mi pensamiento en estos momentos.. Jajaja quien me viese justo ahora no sentiría más que piedad de mi estupidez.

[....]—; No lo creo así cariño.

[Ah... Claro Lisa, era de extrañar que no acudiera antes en mi “rescate” cuando había hecho todo lo posible para llamar su atención directa o indirectamente, pero debo de darle un punto ... Después de todo no fuí capaz de notar su presencia hasta que ella decidiese hablar, hubiese sido realmente un problema si fuese un enemigo él que ingresó sus posibilidades en mi estado, serían ilimitadas... Que patético.]

—; ¿No lo crees así entonces?,dime que es,porque he buscado todas las curas conocidas,todas las enfermedades que pueden afectarme pero aún así aquella sensación en mi cuerpo y alma prevalece como rosa que crece en las frías nieves ignorando la condición de la vida.

[....]—; Podría yo decirte la causa de tu enfermedad,pero serías tan obstinado que la ignoraras.

— Finalmente me digné a darme la vuelta aún sobre aquella plana superficie, permaneciendo sentado pero encarando de una vez por todas a aquella mujer que me miraba cual madre a su hijo con severidad, suspiré una vez más antes de subir mi pie izquierdo sobre el escrito para elevar mi rodilla así logrando posar mi mano como si este fuese el mejor agarre de impulso para la situación,me tomé después el tiempo de meditar como un sabio tonto sus palabras acabando por reír con sonora burla. —

— ¿Amor?,si tu solución es el amor por primera vez en la vida he de decir que estás completamente equivocada Lisa, solo es una confusión.

[....]—; ¿Confusión?,¿llamas así un sentimiento que acarreas desde la niñez misma?.