La vida entre hematomas

Un nuevo año

Domingo 1 de enero, 2023.

Al despertar y levantarnos, tomamos todos desayuno, luego nos pusimos a ordenar y limpiar el desastre que habíamos dejado durante la celebración. Mi abuelo se encontraba afuera haciendo asado de cordero y el resto de los hombres de la familia estaban jugando fútbol bajo el radiante sol.

Mientras esperaba que el asado estuviera listo, me di el tiempo de subir un post a mi Instagram personal. Estaba pensando en si publicar algo o no, pero luego pensé: — ¿Qué importa si a los demás les da vergüenza ajena o no les gusta lo que publico? — Solo pueden dejar de seguirme y ya está. Así que lo hice y aproveché la ocasión para decirle a todo el mundo por lo que estaba pasando, incluidos familiares y conocidos más directos.

*Post*

— Mi 2022 fue un año lleno de miedos, decepciones, fracasos, enfermedades, etc. Muchos aspectos de mi vida cotidiana cambiaron, contando con que casi pierdo a mi madre, tuve que dejar mi carrera universitaria por diversos problemas, me sentí sola a pesar de estar rodeada de personas que de verdad me aman y es que es muy difícil sobrellevar la vida cuando crees que no hay solución para tus problemas y más cuando hay algunos que vienes arrastrando contigo durante años. Fui diagnosticada con depresión y ansiedad, debo medicarme para sentirme bien. Muchos dirán, — ¿cómo una persona creyente en Dios puede estar tan en la miseria? Y con el tiempo, y aunque cueste comprenderlo, he entendido poco a poco, paso a paso y a muchos tropiezos, que Dios les da sus peores batallas a sus mejores guerreros. A veces los fracasos de la vida nos llevan justo a donde tenemos que estar. Aún no sé cuál es mi propósito en esta tierra, pero lo que sí sé, es que Dios siempre ha estado conmigo y mi familia, gracias a Él sigo viva. Pude haber tirado la toalla y no voy a mentir, lo he intentado, pero Él, mi familia y mi novio siempre estuvieron extendiendo sus manos para ayudarme a salir adelante y lo logré. No sé qué preparó Dios para mí en este nuevo año, pero aquí estoy y espero poder sobrevivir a él.

Una vez listo el asado, almorzamos todos juntos en los mesones de afuera, luego fui a ver una película con mis primos y mi hermano, mientras comíamos helado. Algunos durmieron la siesta y otros conversaron el resto de la tarde. Finalmente nos despedimos y regresamos a casa. También aprovechamos de llevar a su casa a mi tía Trinidad y su mascota.

Lunes 2 de enero, 2023.

Por la tarde viajamos al pueblo donde vive mi familia paterna porque iríamos a ver a mi abuela al hospital para aprovechar de decirle feliz año y darle ánimos para que se recupere pronto. A las 17 hrs. Era el horario de visitas. Mientras íbamos de camino, recordamos que para ingresar a los centros de salud debemos utilizar mascarilla y solo mi madre había llevado, por lo que tuvimos que pasar a comprar algunas para poder visitar a mi abuela. Cuando llegamos al hospital del pueblo, la guardia nos dijo que solo podían entrar dos personas a ver a mi abuela y por separado, así que mi padre entró primero y luego entraría mi madre. Mi hermano y yo no podríamos pasar y eso me puso algo triste. Luego de un par de minutos siento la inigualable risa de mi abuela cerca del pasillo de la entrada de visitas y efectivamente, era ella que se había levantado para poder vernos, ya que no nos habían dejado entrar, mi padre la llevaba de un brazo y nosotros corrimos hacia ella para saludarla. Mi abuela trabaja en el área de limpieza de ese hospital, por lo que, muchos funcionarios del lugar la conocen y le dieron un permiso especial para poder estar con nosotros un rato en ese pasillo. Se veía bien de humor, pero lamentablemente los médicos aún no le daban alguna respuesta para saber si la operarían o no. Nos contó que tenía problemas en el páncreas y la vesícula, que los dolores que le daban ni siquiera le permitían caminar a veces. Cuando terminó la hora de visitas fuimos a ver a mi abuelo y cenamos con él. Nos ayudó a cortar algunas maderas para hacer bastidores para pintar y luego regresamos a casa.