Prólogo

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Escribo estas líneas a unos meses desde que llevé a urgencias a mi madre. No ha pasado mucho tiempo desde su hospitalización, aún tenemos hematomas, mi madre en su cuerpo y los demás en nuestro interior. Los días pasan y no siempre son buenos. Hay progresos y otras veces retrocesos. Creo que a pesar de que la vida nos ponga muchas pruebas abrumadoras, nunca estamos listos para sufrir, aunque nuestros pensamientos intrusivos producto de la ansiedad nos lo hayan planteado en algún momento. A veces volamos tan alto y nos olvidamos de las cosas que realmente importan, a lo que Dios nos envía una fuerte ráfaga de viento que nos hace aterrizar.

No cabe duda de que he sido bendecida. He sabido de muchos milagros cercanos, pero esta vez lo viví con mi madre, no sé de dónde saca tanta fuerza y valentía de un cuerpo tan pequeño, y es que esta mujer, le hace honor a su nombre "Paula", mujer pequeña que se caracteriza por ser discreta, de personalidad fuerte, interesante, analítica, reflexiva, confiable y que le encanta pasar la mayor parte del tiempo con sus seres queridos.

Mi madre siempre ha sido un ejemplo de lucha para mí. Me ha enseñado a pelear con todas mis fuerzas hasta lograr mis objetivos y no voy a discutir con que cuesta hacerlo, porque lo sé por carne propia, me ha costado ver la luz al final del túnel muchas veces, pero sé que, a pesar de todo, siempre tendré su apoyo.


La vida entre hematomasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora