tres

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Enzo salió algo apurado de su departamento, en realidad él no estaba llegando tarde a su trabajo, aún tenía tiempo de sobra pero le gustaba ser puntual y con el tráfico que hay siempre en Buenos Aires nunca se podía confiar.

Olivia iba arrastrando sus piecitos detrás de él, la chiquilla estaba emocionada por encontrarse con sus amiguitos del jardín.

Ambos siempre tomaban el ascensor ya que eran muchos pisos para bajar y Oli todavía era chiquita.

Las puertas de dicho artefacto se abrieron y por ellas salió aquel chico que los había tenido hipnotizados a ambos hace unos instantes. De alguna manera sintió que también lo reconoció.

Ambos se quedaron mirándose por un segundo que pareció eterno, sus ojos no podían despegarse de los contrarios, un magnetismo que parecía hasta doloroso de romper. La voz de Olivia lo volvió a traer a la realidad.

"Papi" lo llamó. "¡Es el nene bonito!"

Él quiso morir de vergüenza, no por el comentario de la nena porque sabía que no fue con mala intención, sino porque eso delataba que lo habían estado viendo. Al escuchar la pequeña risa que soltó el chico supo que él se había dado cuenta.

"Disculpa si te incomodó el comentario" dijo rascándose la nuca, era pésimo para hablar con personas nuevas y más si eran omegas. "Oli, pedile disculpas, amor."

"Perdón, nene bonito" respondió ella, con una sonrisa tímida. Él soltó un suspiro pero se relajó al escuchar la risa del omega.

Este se había agachado a la altura de su hija para hablar con ella. Julián no quería acercarse tanto a la nena porque no sabía si el alfa se sentía cómodo con extraños cerca de su hija y él iba a respetar eso.

"No te preocupes" dijo esta vez mirándolo a él. "Vos también sos muy bonita, corazón."

"Gracias" agradeció despacito, con la voz casi en un susurro y los cachetes rojitos.

Julián había notado que tanto padre como hija eran tímidos y a él le causaban una ternura extrema.

"¿Cuál es tu nombre, linda?" habló bajito igual que ella para que le tuviera más confianza.

"Olivia" respondió, jugando con las correas de su mochila. "Él es mi papi Enzo" también presentó al mayor, quien le dió una mueca similar a una sonrisa.

"Un gusto Oli y Enzo, yo soy Julián" esta vez fue su turno de presentarse, dándole a ambos una sonrisa amplia y dulce que hacía que pequeñas arrugas se le formaran en los costados de los ojos.

"Me gusta tu nombre, Juli" el comentario de la nena sorprendió a Enzo, que nunca la había visto tan sociable.

"Y a mí el tuyo, Oli" devolvió el omega de inmediato, enternecido por la dulzura de la cachorra. "Bueno, seguro tienen que irse así que no los molesto más" habló reincorporándose. "Nos vemos después."

Enzo quiso decirle que se quedara, que no los molestaba pero era cierto que él debía cumplir responsabilidades y no podía quedarse todo el día hablando con el omega. Así que simplemente se vió obligado a aceptar su realidad.

"Chau, Juli" saludó la pequeña, levantando su manito para despedirlo.

"Nos vemos, Julián" dijo él esta vez, no sonreía pero la simpatía había suavizado la dureza de su mirada.

El omega les volvió a sonreír, despidiéndose. Al pasar a su lado, una suave estela de su aroma lo golpeó y se sintió como volver a tomar una bocanada de aire después de estar mucho tiempo sin respirar.

Manzanilla y miel.

Ese era su olor. Un olor suave y ligeramente dulce, sin llegar a ser empalagoso como lo era la vainilla y era sumamente exquisito. 

yes to heaven ✦ enzo x julián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora