Recuerdos

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Yo pude ver las imágenes de esa historia y por alguna razón pude reconocer al niño, aunque no podía creer lo que estaba pensando: ¿Acaso era yo?

—Claro que eres tú, ¿no lo recuerdas? Tú me torturaste de una manera muy cruel, también le hacías daño a su esposa e hija, murieron despellejadas por tu obsesión de adornar la casa con la piel de tus seres queridos, mientras te amputabas partes de tu cuerpo y completabas la esencia de tus sueños. Parecías feliz, mientras yo sólo quería verte morir. Pero antes de matarte, tuve que terminar de comerme las entrañas de las víctimas a quienes disfrutabas ver devoradas por tu propia sangre. Una de las personas a quienes me forzaste a consumir fue una mujer a la que le ordenaste que no dejara de sonreír, prometiéndole falsamente que saldría con vida. Esa mujer se llamaba Lucía y ahora no puedes dejar de recordarla como solía ser y como sería si siguiera con vida. Cuando termine mi cena, había sentido que todo lo anterior había terminado, o al menos eso pensé por un tiempo. La policía vino en muchas ocasiones, ya que habías desaparecido del mapa y me preguntó donde podías estar. Siempre respondía que no lo sabía y ellos de cualquier modo, no iban a creer que eras capaz de cometer semejante acto. Nadie sabía quién eras, pero sí quien fuiste. Yo hallé un libro debajo del sótano donde era maltratado, en él estaba escrita tu vida de el principio a fin. Intenté mostrárselo a la gente, pero nadie lo tomó en serio. Entonces se me ocurrió comenzar actuar como tú, para probar de una vez la existencia de tu ser al mundo y simular tus recuerdos de una vida normal.

—¿De qué diablos estás hablando?

—Ya no importa, las cabezas no pueden hablar sin un cuerpo, pero tú eres una excepción y por eso eres especial. No eres más que el recuerdo maldito de un ser sin alma y siempre estarás muerto por dentro.

Una voz se escuchó a lo lejos, preguntándome:

—¿Te horroriza lo que escuchas o lo que ves? Eso somos nosotros, los recuerdos de las mentes perturbadas de aquellos niños que fueron abandonados por dios, y tú eres aquel niño tratando de vivir su vida y Lucía es parte del caso que pedía llevarte ante nosotros.

La habitación regresa a su estado natural , yo estaba trastornado.

—¿Eso fue una ilusión, verdad? ¿Qué clase de broma fue esa?

Todos comenzaron a reír, Lucía se me acercó:

—No fue una ilusión, ese niño eras tú. Sufriste abusos que quedan de la imaginación de uno de los seres humanos más depravados y sádicos que alguna vez vivió aquí. Tú sobreviviste porque pudiste acabar con él mientras dormía, pero la cicatriz de tu pasado ya era demasiado profunda. Todo lo que escuchaste sucedió y lo reprimiste, el trauma género en ti un trastorno de memoria reprimida pero a su vez, desarrollo síntomas similares a cuadros esquizofrénicos donde viste lo que querías ver. Como verás el libro nunca fue real, nunca hubo documentación de la existencia de tu familia. Sin embargo si bien esa visión que tuviste es la consecuencia del proyecto XT8, lo cierto es que fuiste elegido porque tu forma de ser es digna de estudio, y nos ayudará a comprender cuál es la mente de las personas que aspiran a la dominación o destrucción de la sociedad, puesto que ellos han sido testigos de esos horrores a los que tú sigues siendo perseguido por tu mente. Con respecto al deseo, este se cumplirá, pero no ahora, sino a su tiempo. El trato sugiere que nos ayudes a cambio del deseo.

Por supuesto, Tom no dijo nada, pues su mente ya estaba destrozada. Se lo llevaron del sitio. El dueño de la mansión volvió a hablar:

—Eso que vieron es un antes y un después al estudio de la psicología humana. Una visión a los actos psicopáticos de aquellos monstruos que irrumpen a nuestro destino, pero que son necesarios para construir el futuro.

El recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora