Dos veces.
Cuatro veces.
Un par de veces más.Tus visitas a la cafetería son más continuas y, aunque no siempre terminamos en mi departamento, para mí cada conversación era más íntima que las otras.
Lo que comenzó como una atracción, comenzó a ser algo más. Comencé a enamorarme de ti, Kim NamJoon.-Oye, NamJoon, ¿Puedo confesarte algo?
-Claro.
-Los días que no estás conmigo... Son solitarios, pero al mismo tiempo siento que las paredes de mi habitación guardan algo de ti.
-¿De verdad, Lee?
-Sí, Nam. No sé que haré si un día te vas.