Advertencias: no
Paulo Dybala x lector femenino.
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Hoy es un día especial para ti y tu novio Paulo porque es tu primera cita como pareja oficial. Por supuesto, fuiste a restaurantes antes, pero de alguna manera, se siente diferente cuando todo el mundo sabe que estás saliendo con el futbolista profesional.
Estás sentada en la cocina, terminando de pintar las uñas de tu mano izquierda en un color azul suave, complementando perfectamente tus ojos brillantes, cuando Paulo entra en la habitación, ya usando su traje ajustado oscuro, luciendo muy guapo. "Ahí estás". Dice suavemente, caminando hacia ti, besándote la frente con ternura.
"Oye, cariño". Dices, inspeccionando su atuendo. "Hoy te ves muy bien". Tu expresión se suaviza antes de volver a concentrarte en las uñas.
Paulo guiña un ojo y echa un vistazo a tus uñas. "¿Como lo ves?" Sonríes, levantando las uñas ahora secas, sosteniéndolas junto a tus ojos.
"Molto bella". (Muy bonitas)
Se lame los labios, pero luego se da cuenta de tu otra mano. "¿No has terminado? Tenemos que irnos en unos diez minutos".
Girando los ojos rápidamente, bajas la mano. "Relájate, no es tan fácil como parece". Te burlas, mirando tus propias uñas.
"Apuesto a que podría hacerlo más rápido". Riendo, lo miras, levantando las cejas. "Bien, trae la silla". Dices, señalando la silla frente a ti. Parece no estar seguro de cómo reaccionar, se queda allí durante unos segundos, con la mirada cambiando entre tú, el esmalte de uñas y la silla.
"Bien. Pero si se ven bien y lo hago mas rápido, me lo deberás ". Mientras se va sentando le sonríes de nuevo. "Lo que quieras". Sacudiendo la cabeza lentamente, le das la botella de esmalte azul. Se saca la lengua en modo de concentración, imitando tus palabras mientras la abre en un movimiento rápido.
Lentamente, comienza a aplicar el esmalte, con la mano temblando ligeramente. "Bueno, soy aún más rápida que eso". Dices sarcásticamente, y a medida que sus ojos se encuentran con los tuyos, puedes ver su arrepentimiento por dentro.
"Ocho minutos". Sonríes mientras él termina la primera uña. Se ve bien, pero no tan bien como el tuyo. Se da cuenta de la gran diferencia, pero trata de ocultarla, pero incluso derriba la botella, extendiendo la pintura por la mesa.
"Joder". Gime, rápidamente lo vuelve a levantar. Sin decir una palabra, te gusta verlo luchando. A Paulo le hacen falta dos uñas más, mejorando paso a paso, pero puedes oírlo murmurando algo bajo su aliento.
A medida que termina la última uña, compara tu trabajo con el suyo y se estremece. "Se ve mal, ¿eh?" Dice, levantando una ceja. Inspeccionas las uñas con cuidado, pero tienes que admitir que mejoró en el camino.
"Ah, No. Se ven bien". Te encoges de hombros y tomas su mano todavía tiemblando. "Después de todo, es tu primera vez". Sonríes débilmente, acariciándole la mano con firmeza.
"Al menos fui rápido, ¿verdad?"
Riendo de nuevo, sacudes la cabeza. "Deberíamos habernos ido hace unos cinco minutos". Sonríes y él cierra los ojos en derrota. "Joder". Gruñe, pasando una mano por su cabello bien hecho. "Está bien, habríamos llegado temprano de todos modos". Lo besas con amor, acariciando su mejilla. "¿Enserio?" Dices en silencio, meciéndote en tu silla. "Sí. Solo necesito vestirme y estamos listos para irnos".
Juntos se levantan y con un brazo alrededor de la cintura, entras en el dormitorio, vestiéndose para pasar la noche.
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tq dybala, chau.
