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La relación de Taehyung y Jungkook era extraña. Ellos se odiaban, no soportaban la personalidad del otro, pero sin embargo pasaban la mayoría del tiempo juntos. Jungkook lo llevaba y traía todos los días a la universidad, se llevaba muy bien con su familia, a veces salían con la excusa de hacer su "sesión de insultos", pero ambos estaban seguros de odiarse, y sabían que era mutuo.

Ellos entendían perfectamente su relación, pero las personas externas, hasta las más cercanas, no podían hacerlo. ¿Cómo puede ser que se odien pero que ninguno pueda estar mucho tiempo lejos del otro?

El timbre finalizando la penúltima clase llegó y todos empezaron a guardar sus pertenencias en sus mochilas.

— ¡Qué horror! — Gritó Taehyung al notar como su cuaderno estuvo todo el tiempo encima de un pequeño chicle.

— Eso mismo pienso todas las mañanas al verte.

— Ya cállate Jeon y ayúdame con esto. — Intentaba quitar el chicle con un lápiz, pero este estaba tan pegado que dejó restos en la punta. — ¡Esto es un asco!

— Ni una mujer es tan princesita como tú. — Se encontraba riéndose mientras observaba la escena que hacía el rubio. — Pídeme por favor y accedo a ayudarte.

— ¿Por favor? ¿Qué es eso? Obvio que no voy a hacerlo. — Habló levantándose de su asiento y acercándose amenazante. — Te estoy ordenando.

— ¿Y se supone que yo debería hacer lo que tú me pidas? — El rubio asintió, haciendo que el pelinegro soltara una risa escandalosa. — Ni en tus mejores sueños, Kim.

Pataleos, llantos falsos y un chico realmente divertido durante la situación se encontraba en ese salón. Dentro de 5 minutos deberían estar en clases diferentes, pero Jungkook amaba molestar al "riquillo". Tomó sus pertenencias y estando a solo centímetros de la puerta escuchó lo que tanto anhelaba oír.

— Por favor, Jeon. Sácame esa asquerosidad y hago lo que quieras, por favor.

Sonrió victorioso. Sabía que iba a decir eso ya que con la única persona que Taehyung podía "perder la dignidad" era con él.

Caminando como si se tragara el mundo, llegó al lado del rubio y quitó aquél chicle que tanto le molestaba, haciendo que se apresure a guardar sus cosas y pasando por el lado de este.

— Hey, de aquí no te vas. — Lo tomó del brazo izquierdo y lo puso frente a él. — ¿No me vas a dar el besito que merezco?

El rubio rodó los ojos, le enseñó el dedo del medio y corrió para su siguiente clase, no sin antes escuchar un "no me extrañes".

Amaban molestarse, no había otra cosa que les divirtiera tanto. El pelinegro siempre que hacía algo por el rubio lo molestaba pidiéndole un beso de agradecimiento, porque si, era sólo para molestarlo, ¿no?

Jungkook siempre fue una persona irresponsable e intenso, pero tenía un gran corazón. Nunca creyó en el enamoramiento y nunca llegó a sentirlo, ni siquiera le gustó alguien con intensidad.
Sus padres eran abogados, muy cariñosos y sus hijos eran sus consentidos, Jeon Lalisa que era un año más chica que él y Jeon Eunwoo que era dos años y cuatro meses más grande. Siempre quiso rebuscarse la vida y comprar sus cosas con su propio dinero, entonces consiguió un trabajo de medio tiempo en una cafetería muy concurrida que se encontraba a poca distancia de la universidad.
Sus tatuajes y piercings adornaban sus brazos y rostro, cada uno tenía una historia que contar.
Todas las chicas y chicos morían por él y no sabían disimularlo, pero no llegaba a interesarle, ni siquiera les prestaba atención. Hubo un tiempo donde se cuestionó la idea de ser posiblemente asexual, pero solo río y sacó esa idea de su mente.

Taehyung toda su vida fue un niño mimado. Jamás aprendió a ser amable, nunca salió de su boca un "por favor" y mucho menos un "gracias". No entiende un "no" y si se lo llegas a decir se frustra y te responde con un "¿acaso no sabes quién soy?". Sus asistentes hacen todo por él, y desea que así sea toda la vida. Su padre es abogado, conoce a la familia Jeon y se llevan de maravilla, por eso también es que pasan tanto tiempo juntos. Su madre estudió medicina en la universidad de Oxford, y es la mejor anestesista del país. Es el hijo favorito ya que es el menor de los hermanos Kim Namjoon y Kim Jennie.
No cree en el amor, ¿para qué creer si nadie se encuentra a su nivel? Su primer amor, aunque no parezca, fue el mismísimo Jeon Jungkook, pero asegura haber borrado todos esos sentimientos por él al llegar a la adolescencia.
Le cuesta muchísimo demostrar sus sentimientos o sentir algún tipo de afecto por alguna persona, y eso es todo lo que puede odiar Jungkook.

¿Que por qué se odian? Fácil, eran polos opuestos. Nunca se ponían de acuerdo en absolutamente nada. Si uno decía negro el otro decía blanco, jamás iban a tener algo en común, pero por ahí dicen que los polos opuestos se atraen...

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2023 ⏰

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𝐎𝐃𝐈𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐍𝐎𝐒 | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora