Sabíamos que lo que hacíamos no era correcto pero se sentía tan bien que nos era imposible parar, la forma en la que nos entendíamos con una mirada era única al igual que la manera en la que nuestros cuerpos parecían hechos para encajar el uno con el otro de una manera deliciosa.

Era atrapante el sabor de sus labios y su piel, su olor era embriagador, y sus manos grandes y fuertes hacían maravillas en mi cuando estábamos solos.

Era alarmante la necesidad carnal que sentíamos el uno por el otro pero era aún más preocupante lo que comenzábamos a sentir fuera de lo sexual, debíamos detener esto antes de que se nos saliera de las manos.

Debí poner distancia, alejarme de la tentación, eso era lo correcto, pero todos sabemos que lo correcto no siempre es divertido y muchas veces es de lejos lo que queremos.

Deberíamos habernos detenido pero el deseo nos ganó y la situación se nos descontroló, sobre todo cuando ella descubrió lo que estábamos haciendo.

Todo se fue al carajo cuando mi hermana se enteró que la amante de su novio era yo.

Escritos VariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora