—Minari, ¿Vamos al parque?—Nayeon tomó suavemente la mano de Mina con suavidad, llamando completamente su atención, Mina estaba jugando con una pelotita que su hermana le compró, la cual presionaba suavemente.— Quiero ir al parque, acompáñame.— Asintió con la cabeza felizmente, quería ir, hace unos días no iba.— Entonces vamos.
—Las acompaño.— Mencionó Jeongyeon, estaba preparando unos panecitos con pollo que le gustaban mucho a Mina.
—Jeong, que tú nos acompañes hace que todo sea aburrido.— Rió suavemente Nayeon, mirando a Jeongyeon salir de la cocina. Mina miró a las mayores, a veces ellas jugaban así.
—Nayeon, haz silencio.— Golpeó suavemente su nuca, sonriendo con suavidad y dándole un muy corto beso en sus labios. Mina giró su cabeza a un lado, su hermana le dijo que eso era muy común entre parejas, pero aún no podría entenderlo correctamente hasta tener uno ella misma.—Minari, ve a cambiarte de ropa.—Su hermana señaló las escaleras.
Mina subió con suavidad y cuidado las escaleras, cuando llegó a su habitación, se sentó en la cama, pensando con sumo cuidado qué iba a ponerse ese día. Pasaron alrededor de 30 minutos, terminó por tomar un overol beige poniéndose abajo de eso una polera blanca y ancha, con una boina del mismo color del pantalón. Mina se miró en el espejo, se veía como si fuera una niña, y eso le frustraba. Estaba a punto de arrancarse la ropa y romperla con sus manos hasta que...
—¡Minari, rápido!— Escuchó el sonido de las llaves, su hermana hacía eso cada vez que iban a salir. Mina se dio una última mirada en el espejo y corrió escaleras abajo con demasiada velocidad.— Que bonita te ves, Minari.- Mina miró sus pantalones claros, asintió con la cabeza, tomando con mucha delicadeza a su gatito Heinz y poniéndole su bonita correa celeste claro.
Las tres caminaron hacia el parque, era un parque muy grande, tenía hasta un lindo puente por el cuál pasaba un lindo río, o habían pequeñas ardillas que estaban por allí, a Mina le gustaba acercarse a ellas, ya que al parecer la veían tan dócil que se quedaban con ella. Mina miraba a su gatito, sonriendo y moviendo sus pies torpemente. Cuando llegaron al parque, fueron a un sitio que estaba la mayoría del tiempo vacío, bajo la sombra de un gran árbol, su hermana y su novia estaban bajo el árbol, hablando entre ellas pero sin dejar de prestarle atención a Mina, la cual estaba algo lejos, jugando con su gatito y sin prestarle atención nadie del mundo.
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Son Chaeyoung, una joven de 17 años, en unos meses cumplía sus 18 años, cursaba la preparatoria, un año más y la terminaba. Tenía los ojos marrones oscuros, y su cabello perfectamente teñido de un rubio muy lindo, todo por culpa de sus amigas y una apuesta que perdió por trampa, era obvio, Son Chaeyoung no hacía apuestas a menos que sabría que podía ganar, y sus amigas eran expertas en hacer trampa.
Estaba yendo a casa junto con su mejor amiga Momo, estaba conduciendo en su propio auto, su amiga iba de copiloto. Llegó a una zona de congestionamiento vehiculares, se detuvo con completo estrés, no le gustaba eso, le aburría esperar. A Chaeyoung le faltaban pocas cosas y una de las cosas que más le faltaban era la paciencia.
