ᴀᴜᴛɪꜱᴍᴏ || Adaptación MiChaeng➶ G!P

05 || Compras || Segunda Temporada

Chaeyoung estaba trabajando tranquila, había establecido en su casa una oficina para que pudiera hacer su trabajo allí y así nadie la molestara, era la habitación que estaba más al fondo en el segundo piso de su casa, no quería que hubiera ruidos cuando trabajara para que esté completamente concentrada en ese. Escuchó cómo alguien tocaba el timbre de su casa desesperadamente, se levantó y corrió escaleras abajo pensando que algo malo había pasado, abrió la puerta y sintió como rápidamente la japonesa la abrazó. 

-¡N-No te v-vayas!- Gritó la menor llorando desconsoladamente, Chaeyoung cerró la puerta y abrazó a la menor.

-¿Qué sucede, Mitang?- Preguntó preocupada, limpiando las lágrimas de la menor con cuidado. La menor hizo un pequeño puchero sin dejar de llorar.

-Por ch-chat me dijiste q-que te te ibas...- Murmuró con tristeza. La peli-rosa se quedó un rato en silencio sin entender, pero luego comenzó a reírse.-¿Qué?-

-Minari, te dije que me iba a trabajar.- Acomodó sus cabellos oscuros.

-¿No te v-vas a ir?- La mayor negó con la cabeza, dándole un corto beso en su frente.

-No te asustes, Minari. Ya no me iré lejos de ti, ¿Sí? Voy a estar aquí.- Chaeyoung dejó que la menor se sentara en el sofá en lo que buscaba un vaso de agua para dárselo.- Toma, bebé.- Le ofreció el vaso con agua, la japonesa lo recibió con tranquilidad.

-G-Gracias.- Murmuró para luego beber todo el agua que había.

Chaeyoung regresó a su estudio, Mina se había quedado sentada en la sala viendo su película favorita. Las horas pasaron lentamente, la coreana estaba diseñando lo que le estaban pidiendo, cada cierto tiempo le mandaba los diseños para que le diera la aprobación. La mayo bajó las escaleras, pudo observar como la japonesa estaba recostada completamente en el sillón, se encontraba dormida allí mismo.  

Se quedó sentada en el suelo mientras acariciaba su cabello con cuidado, estaba sentada viendo cómo su, aún no, novia estaba descansando, al parecer había llegado muy cansada de tanto viaje. Chaeyoung le dejó varios besos cortos en su rostro cuando notó cómo los ojos de la japonesa temblaban con delicadeza, haciendo saber que estaba a punto de despertar. La menor miró a Chaeyoung con sus ojos semi-abiertos por la molesta luz de la sala, frotó sus ojos con sus manos hechas puño.

-¿C-Cuánto tiempo pasó?-

-Pasaron tres horas, Minari.- La menor asintió con calma.- ¿Quieres que vayamos a comer?- 

-Sí...-

La japonesa se levantó del sofá siguiendo a la mayor, ambas salieron de la casa, Mina estaba aprendiendo a conducir por lo que Chaeyoung le daba permiso de que aveces ella manejara su auto cuando era una calle cerrada y no habían tantas personas o carros transitando. Llegaron a un restaurante muy cercano, Chaeyoung pidió lo mismo que Mina, no tenía tanta hambre así que solo comería algo ligero y le haría compañía a la japonesa, hoy no trabajaba así que no quería que se aburriera.

-¿Vas c-conmigo?-

-¿A dónde?- Preguntó la coreana para luego empezar a beber un poco del agua que le habían entregado. La menor soltó un suspiro. 

-A la b-boda de mi he-hermana.- Respondió, Chaeyoung rápidamente asintió con la cabeza.

-Claro que te voy a acompañar, Minari. La japonesa sonrió con ternura y asintió efusivamente con la cabeza, se sentía feliz de que Chaeyoung iba a estar con ella.- Faltan algunos meses, Mina, ¿Sí? Igual tengo que comprar algún traje o vestido.-

-Yo te a-acompaño.- La coreana asintió con calma, dándole un beso esquimal.

Las cosas habían transcurrido con calma, a pesar de que ya llevaba dos meses de haber regresado a Corea, ya estaba mejor, tenía un buen trabajo, un buen departamento, y con Mina las cosas iban tranquilas, convivía con la menor y notaba cómo ella era más independiente y decía más las cosas que quería, había empezado a hablar más con ella y saber que realmente sí seguía enamorada de Mina a pesar de que hayan pasado más de cinco años lejos de todo y todos. Su amor aumentaba más que el día de ayer. Saber que Mina ahora podía hacer lo que le gustaba sin que tuviera tanta pena como hace años, hacía que Mina tuviera más confianza de estar con ella sin asustarse.