Mil Veces Tú

Sin ti

Eras todo lo que yo deseaba. Así fue desde el principio. Yo era tuyo y aunque tú no eras totalmente mía, los retazos de ti que tenía me completaban. Eran lo suficientemente agradables, ¿Qué digo agradables? Te estoy llevando a un nivel muy bajo y no lo mereces; porque a mi siempre me elevabas. Para hacerlo simple lo diré de otra forma: me hacías feliz.

Continuábamos viéndonos de vez en cuando y de cuando en vez. La frecuencia de nuestros encuentros iban aumentando y tengo que aceptar que me volvía adicto a ti. Una mezcla de locura y rabia sentía si no te tenía. Pero intentaba soportarlo, después de todo, siempre se dijo que nuestra relación sería casual. La culpa era mía si no sabía poner límites.
Te extrañé como nunca había extrañado a nadie más. Al final nos volvíamos a encontrar por mi tosca manía de forzar las cosas. Pero ¿quién había dicho que los hombres no se enamoran?
Comenzaste a hacerme daño. Todos se daban cuenta de ello. Mi madre me pidió dejarte, y mi padre dijo que no valías la pena. Ellos definitivamente no me entendían, no como lo hacías tu. Mi mejor amigo te odiaba, todo el tiempo estuvo en tu contra. No quería que me relacionara más contigo si continuabas lastimándome. El sabía bien que solo podrías hacer eso, quebrarme.
Te dejé, volví a ti, volviste a mi, me dejaste otra vez; y recaí como un tonto en tu juego de azar. Lo maquivélico de la situación no divertía a nadie.

Busqué en otras lo que había hallado a tu lado, y aunque acepto que no lo encontré, tampoco salí decepcionado de esas habitaciones. Al fin y al cabo ya lo peor lo había vivido contigo.
Corrí exhausto intentando huir, a 180 km/h en una carretera de doble sentido. Creo que jugué con el destino a llevar los ojos vendados. Perdí...
Me estrellé, temblé, te busqué con la vista en vano. Tampoco te hallaría en el hospital, ni en aquel largo proceso en el que aprendía a no necesitarte.
Pasaron muchos meses desde la última vez que nos vimos, y creo que por fin te he superado.

Gracias por dejarme compartir aquí mi historia.Esta será mi última reunión con el grupo de apoyo, prometo no volver a las drogas que tanto me quitaron. Me arrebataron la estabilidad emocional, algo de autoestima y sobre todo; en esa carretera a mi mejor amigo. Pero no las voy a culpar del desastre que me constituía, ya cargaré yo en mi espalda el peso de la culpa y con el tiempo intentaré perdonarme.