Capitulo 1

9 3 0
                                    

Podría fingir una vez más como lo he hecho estos últimos años, ¿Qué me costaría una sonrisa fingida una vez más o un estoy bien?, diría que nada, pero ¿y mi salud mental dónde queda? Porque creo que todos tenemos derecho a sanar.

Tenemos derecho a ser libres de dolor, aunque eso equivalga dejar todo atrás incluso revelarse ante lo y los que no nos dejan ser libres, los que nos atan a este círculo de oscuridad. Seguramente si estuvieras frente a mí me dirías. Solo hazlo déjate de boberías y hazlo. Pero lanzarse a esa libertad para volar tan alto y poder alcanzarte jamás será como fingir que no te dolió ese golpe en bicicleta o esa noticia.

Fingir es muy sencillo, tan sencillo como lanzar una piedra al mar, ¿lo difícil? Es encontrarla de nuevo, pues el mar es como la vida. Tiene ese brillo precioso en su agua azul, lo hermoso del mar es como las grandes y maravillosas cosas que la vida te brinda. Pero en lo precioso también esta lo oscuro, como lo maravilloso de la vida también hay dolor, sufrimiento, que te arrastra como una ola, que te hace perderte al igual que una piedra que fue lanzada al mar.

Quisiera seguir escribiéndote Anthony, pero debo irme.

- ¡Elaine! Debes irte ya.

- Ya voy madre.

Tomo mis maletas y salgo de mi habitación.

-Madre ya me voy.

-Adiós cariño. – me dice ella sin siquiera darme un beso o un abrazo. No entiendo cuando fue que dejamos de amarnos, nos queremos, nos hablamos, pero ¿el amor? Hace tanto que ni un abrazo podemos darnos.

Sabes que tu familia se destruye cuando cosas tan sencillas como lo son un beso o un abrazo ya no las obtienes. Todo se fue al carajo desde hace ya tanto, mi único refugio es Anthony sé que no puedo verle, pero con el simple hecho de escribirle me conformo, eso es más que suficiente.

A lo lejos veo a varios chicos esperando a que el bus llegue. Son las 6:30 de la mañana. Debemos llegar en un aproximado de dos horas, pero veo muy pocas personas tal vez tardemos más en salir. Bueno este viaje yo misma me lo auto propuse, pues, necesitaba un respiro de mi madre y todo lo que me rodea. Decidí no invitar a ningunos de mis amigos pues el viaje es para alejarme de las personas que conozco. Solo tendré a mi Anthony, podría alejarme de todos menos de él.

-Buenos días. – Saludo por cortesía.

-Buenos días. – Saludan todos.

Vaya creo que será un camino muy largo pues todos están en sus grupitos y en su mundo. Son aproximadamente 25 o 30 personas las que deberían ir, pero veo solo a diez personas. Dios lo que quiero es ya salir de este lugar.

- ¡Lauren basta!, dame mi barra, sabes que es lo único que comeré hasta que lleguemos. – Grita una chica pelirroja a lo que parece ser otra pelirroja. No puedo distinguir bien a la chica pues está dándome la espalda, pero, lo único que distingo de ellas es que vienen vestidas iguales. Son gemelas, estoy un 95% segura de ello.

-Lisi tranquila, solo estaba jugando contigo. – Le reprocha la pelirroja. Al final le termina devolviendo su barra a la chica Lauren. – Además espero que Iván traiga algo de comida.

Pronto comenzaron a llegar más personas incluso había uno que otro viejito y en un dos por tres estábamos ya todos, bueno faltaba solo una persona. Pero en total éramos 20 personas.

-Bien, pueden subir al autobús. – Nos dijo el encargado de este viaje. Si no mal recuerdo su nombre es Josué.

Todos comenzaron a subirse al autobús, el encargado tomo algunos datos después de eso algunos impidieron que subiera al bus pues son unos montoneros, incluso las pelirrojas se quedaron sin posibilidad de subir primero ellas estaban a un par de metros de mí. Cuando por fin logre subir ya no había lugares accesibles solo quedaba la parte de hasta el fondo con cinco lugares los cuales tres ya estaban ocupados por las pelirrojas y un castaño que parece ser tímido.

Sin alguna otra opción tome asiento del lado de la ventana y ahora solo me separaba un lugar de las gemelas, si, son gemelas, sin olvidar al castaño.

Ya estábamos por irnos cuando un grito nos detuvo.

-¡¡Esperen!!

El encargado se paró de su asiento y espero a que la persona que nos detuvo se acercara.

-Usted debe ser Iván. – Un chico pelinegro subió muy agitado al autobús. - Así es.

-Bueno joven tome asiento.

El pelinegro avanzo, buscaba a lo que parecía ser alguien y bueno ese alguien eran las gemelas. Tomo asiento a mi lado y comenzó a conversar con ellas. Yo preferí ignorar a todos y me puse mis auriculares y cerré mis ojos.

Sentí que me sacudía, oía una voz lejana.

-Oye despierta. – Abrí mis ojos lentamente y vi a las pelirrojas delante de mí. Me quite mis auriculares. - ¿Sí?

-Ahm lamentamos despertarte, pero ya hemos llegado.

- Oh sí, claro, gracias. – Me desperté algo desorientada, pero al reaccionar me puse a bajar mis cosas.

-Okey, ya que estamos todos, me presento. Mi nombre es Josué Collins. Soy el encargado de que este viaje haya sido posible. Así que cualquier cosa en la que me sea posible ayudarles no duden en recurrir a mí. – Sinceramente esperaba que empezara obligándonos a presentarnos uno por uno. – Bueno algo que quería aclarar es que bueno, como se abran dado cuenta hay jóvenes y adultos, así que abra cabañas para las parejas adultos. Para los jóvenes tendrán que compartir cabaña las chicas. Hay 5 cabañas para los jóvenes, todas con dos literas. Dos cabañas serán para las señoritas y dos para los jóvenes.

- ¿La última cabaña para quiénes son? – Pregunto el chico tímido del autobús.

-Tranquilos a eso iba, desafortunadamente hay otro campamento a unos cuantos kilómetros de aquí, y bueno ellos ocupan lo que deberíamos ocupar nosotros de cabañas, así que la última cabaña tendrá que compartirla chicos. Solo por favor, no queremos a nadie embarazado.

-Bueno sin más que decir, pueden retirarse, más adelante estará Melanie, ella les dará instrucciones de las cabañas.

Todos comenzaron a dispersarse, yo me quede al último.

- ¡Oye chiquilla! – Escuche que gritaron, pero no voltee, probablemente no me hablen a mí. - ¡Heey chiquilla pelirroja.

Okey creo que ahora si me hablan a mí. Al voltearme veo a las gemelas viendo en mi dirección y haciéndome una seña de que me acerque.

Cuando estoy lo suficiente cerca las veo algo confundidas.

- ¿Cuál es tu nombre? - Iba a contestar cuando otra dijo. – Si cual es, no es elegante decirte pelirroja.

-Lisi ya cállate, no la dejas hablar. – La gemela de esta la observa ofendida. - ¿Yo no la dejo hablar? Pero si fuiste tu quien la interrumpió.

- O vamos cúlpame como siempre lo haces.

"Dios debería parar esto."

-Yo no te...

- ¡Elaine!

Las gemelas al escucharme dejaron su discusión y me observaron.

-Ese es mi nombre, Elaine.

-Pero que lindo nombre.

-Eres pelirroja natural no es así?

-Ahm gracias y sí. Yo debería ir a buscar una cabaña.

-Claro, hagamos lo mismo Lisi. -Su gemela asintió estando de acuerdo y caminaron junto conmigo.

Mientras camino recuerdo unos que otros momentos lindos que pase junto a mi familia, claro, antes de que se destruyera de tal forma.

- ¡Elaine!

- ¿Sí? Madre.

--Que te parece si vamos a dar un paseo al parque, y después vamos por un helado.

- Claro madre, me gustaría contarte sobre un libro que termine.

Mamá asintió y me sonrió, fue por sus cosas y al regresar me tomo de la mano y así caminamos a nuestro destino.

Hablándole al cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora