El príncipe en la torre (IronFrost - Traducción)

4. Vaso

Disclaimer: los personajes, al igual que la historia, no me pertenecen. Tony, Loki y Thor pertenecen a Marvel y los demás personajes a la autora del fic: EndlessStairway, quien muy amablemente me ha dado su permiso para traducir esta historia al español.

****

4. Vaso

Una mano cálida en su espalda, calmándolo como si fuera un animal inquieto. Loki odiaba que aquel gesto le reconfortara, como si no fuera consciente de que el dueño de la mano estaba a punto de hacer uso de su cuerpo como tantos otros ya lo habían hecho.

—Respira profundamente —le dijo Stark—, déjalo salir lentamente. —Loki así lo hizo. Era más fácil hacer simplemente lo que le decían. No pensar siquiera en ello.

—Bien, otra vez.

Esta vez, mientras Loki exhalaba, sintió un dedo resbaladizo en su entrada, dando vueltas. Volvió a inhalar sin que nadie se lo dijera y, al exhalar, el dedo se introdujo en su interior. La sensación era incómoda, pero no dolorosa. Ya había sufrido suficiente como para agradecer el uso de lubricante y la previa preparación. No siempre tenía tanta suerte.

—Ya está, así está bien. —Stark tenía un tono amable, moviendo sus dedos lentamente, pero con firmeza. Sabía lo que estaba haciendo, por lo que Loki al menos supo que no era reacio a tomar amantes masculinos. Tal vez era solo él quien no atraía a Stark. Cerró los ojos, luego los abrió de nuevo, deseando no estar dentro de su cabeza con esta sensación. Miró al suelo, debajo de la mesa algunos objetos habían caído y habían sido olvidados. Un bolígrafo, una herramienta de algún tipo, un alambre, un vaso de papel. Miró el vaso. Probablemente había contenido esa bebida amarga llamada café que tanto gustaba a los midgardianos. Estaba ligeramente arrugado, la costura del papel manchada de oscuro por donde se había filtrado la bebida.

—Respira.

La mano estaba ahora en su cadera, manteniéndole en su sitio, aunque no se había movido. De nada le serviría resistirse, y no podía esperar un trato más amable del que estaba recibiendo. Que le tocaran suavemente y le prepararan para su papel y que no le doliera. Para él no había sido así desde hacía años.

Loki respiró. El primer, profundo impulso lo empujó hacia adelante en la banca, pero los grilletes lo atraparon e inmovilizaron. Stark había dejado de tomarse las cosas con calma. Tal vez no deseaba a Loki, pero sin duda si miraba hacia otro lado podía ser cualquier persona que deseara, y no esperó, solo gimió y se empujó y Loki miró el vaso en el suelo. No luchó. No le importó que los grilletes rozaran la carne de sus muñecas con cada embiste ni le importó que su cuerpo fuera abierto, usado y tomado por su amo.

Stark no alargó la situación. Acabó con Loki en un par de minutos, jadeó y lo penetró una última vez y lo empujó con fuerza contra la tensión de los grilletes. El brillante tintineo del vínculo sonó en el silencio. Un resplandor azul brilló desde collar que se reflejó en el suelo de cemento y en la parte inferior de la mesa. La presión del vínculo se disipó y Loki sintió que el peso se desvanecía de su mente, casi mareado por el repentino alivio. No se movió, solo respiró y permaneció como le habían puesto, esperando su siguiente orden. Su mente pensó en la comida que le esperaba arriba. ¿Se le permitiría comer?

Stark sonaba sin aliento:

—Esa luz es buena, ¿cierto?

Loki asintió:

—Sí, amo. —El sonido de su propia voz le sorprendió. Ni siquiera había pasado mucho tiempo desde que el vínculo había sido activado, pero a los Nidavellir no le importaba mucho lo que tuviera que decir.

—¡Hey, funcionó! Puedes hablar. —Stark sonaba complacido. Apretó las caderas de Loki y salió de su culo, moviéndose detrás de él y acomodándose la ropa. Loki cerró los ojos y trató de no esperar que hubiera terminado con él por ahora. Se obligó a no moverse, a no tirar de los grilletes que lo sujetaban a la banca. No había nada que impidiera a Stark mantenerlo aquí el tiempo que quisiera. Eso dependía de él. Al menos no parecía haber ninguno de sus compañeros en la torre. Si Stark quería invitar a alguien más a tener su turno con Loki, no había nada que pudiera hacer, salvo aceptar. Ahora pertenecía a Stark, y él era libre de compartirlo si quería.

Loki abrió los ojos de golpe cuando el peso cayó de sus muñecas. Stark había abierto los grilletes desde donde estaba, utilizando un dispositivo que sostenía en la mano. Loki se incorporó con cautela.

—Puedes irte —dijo Stark, apartándose ya de él—. Ve a comer, a dormir, a lo que sea. VIERNES te dirá qué hacer mañana. No estaré aquí.

Loki no sabía quién era ese tal "Viernes", pero reconocía una orden para marcharse cuando la escuchaba. Recogió su ropa, sin detenerse a vestirse y salió del taller. Stark ya estaba de vuelta en su trabajo, ya no le prestaba la menor atención.

Al otro lado de la puerta, Loki se puso los pantalones y huyó a su habitación. A su habitación no, se corrigió. La habitación que Stark le permitía usar. La puerta se cerró tras él y se apoyó en ella. tembloroso y respirando con dificultad. Se encontraba bien. No estaba herido. Ni siquiera había sido amenazado con ser lastimado. Cruzó los brazos sobre el pecho y se inclinó hacia delante, respirando profundamente e intentando ralentizarlas.  La adrenalina de su apresurada huida estaba en su sangre, pero no había ninguna amenaza, y no tenía adónde escapar. Necesitaba calmarse. En lugar de eso, sus piernas se doblaron bajo él y se deslizó por la puerta, rodillas en el pecho y brazos envueltos alrededor de la cabeza. Se encontraba bien. Estaba bien. Esto era ridículo. Había soportado cosas mucho peores esta misma semana y no había llorado como un niño. Se tiró del cabello y gruñó entre dientes. Reprendiéndose a sí mismo, incapaz de detenerse.

«Basta ya. Para. Contrólate. Estás siendo patético.»

Corrió hacia la cama y tiró de las mantas, envolviéndose en ellas, enterrándose en ellas, corazón palpitante, jadeando rápida y urgentemente. Esto no era seguro. Esta habitación no era segura, Stark podía entrar aquí cuando quisiera. No había donde esconderse.

«Esta fortaleza de mantas tampoco es segura, tonto.»

Soltó una carcajada. Luego se quedó en silencio. Apartó las mantas del rostro para poder respirar. Se concentró, utilizando una sencilla meditación. Frigga se la había enseñado cuando era niño, furioso e inconsolable por algún trato duro que ya no recordaba. Profundas respiraciones, mente clara. Estaba bien, estaba ileso, Stark había sido amable, sin burlas, sin bofetadas causales a su rostro, sin amenazas. No podía entender por qué esa amabilidad había sido mucho más difícil de tolerar que el duro trato al que estaba acostumbrado. Después de todo, era lo que había estado esperando. Debía ser por eso que Thor lo había entregado a Stark, debía saber que él lo trataría bien.

Se levantó y acomodó las mantas en la cama. Se duchó y se vistió con una camisa y ropa interior limpias. No se miró en el espejo, no tocó el pesado collar de metal que le rodeaba el cuello. Sacó del armario la bolsa de comida, ahora fría, y abrió el envase de plástico. Incluso fría, el olor de la comida le hizo rugir el estómago. Había un tenedor de plástico en la bolsa, pequeños paquetes de condimentos, una servilleta de papel doblada.

Con cuidado, Loki cogió una toalla pequeña del cuarto de baño y la colocó en el suelo. Acomodó la comida, el tenedor, la servilleta, los condimentos y un vaso de agua del grifo del baño. Se sentó con las piernas cruzadas en su improvisada mesa, movió la servilleta para alinearla perfectamente con el vaso. Solo cuando tuvo todo dispuesto a su gusto, cogió el tenedor y empezó a comer.

______________

Esto será todo por ahora, esta vez no les digo que espero actualizar semanalmente porque no creo que sea así, pero si espero que sea pronto. Cuídense mucho, gracias por seguir ahí y por leer y, como la vez anterior, les dejo el link a mi Ko-fi (lo seguiré haciendo en cada capítulo que publique ya que nada pierdo -bueno sí, tal vez un poco de dignidad xD) por si quieren agradecerme de otra forma :)

¡Nos leemos!